-Cada euro que se invierte en la Iglesia rinde como 2,35 euros en su servicio equivalente en el mercado.
-La Iglesia constituye una fuente de riqueza para el país, según demuestran los datos y cuentas hechos públicos por la CEE.
-Más de cuatro millones de personas fueron beneficiarias de la labor asistencial de la Iglesia Católica.
La Conferencia Episcopal ha hecho pública la memoria Justificativa de Actividades correspondiente al ejercicio 2010. Ha puesto luz y taquígrafos ante la petición por parte de la izquierda tramontana del pago del IBI para la Iglesia, una medida que perjudicaría la labor asistencial de las confesiones religiosas en España y que haría pagar una fortuna, por ejemplo, a las hermanitas de los pobres por el edificio que tienen frente a la Casa de la Moneda, en la madrileña calle de Doctor Esquerdo. Según el estudio de la Vicesecretaría para Asuntos Económicos de la CEE, elaborado por la Red Génesis y el G.I.S.I.C (Grupo de Investigación para el Sostenimiento de la Iglesia Católica), una memoria que viene entregando desde el 2008, la Iglesia, mediante sus 2.445 colegios concertados ha ahorrado al Estado Español 4.400 millones de euros en Educación. Los centros dieron trabajo en el año 2010 a 96.931 profesores.
Además, la Iglesia asistió en sus necesidades básicas a más de 4,1 millones de personas. La Memoria Justificativa de Actividades correspondiente al Ejercicio 2010 demuestra lo que cualquier persona sensata ya sabía en el país que, tan sólo por poner un ejemplo, aún sigue siendo centro de peregrinación como en la edad media gracias al Camino de Santiago. Un total de 9,6 millones de turistas asistieron a algún acontecimiento religioso en nuestro país. Los monumentos eclesiásticos, desde la basílica del Pilar de Zaragoza hasta la catedral de Burgos, y tantos otros son un patrimonio que anualmente supone para la Iglesia un gran esfuerzo económico en rehabilitación, conservación y mantenimiento ordinario.
Según datos de la memoria, 500 municipios españoles tienen como único Bien de Interés Cultural la iglesia o las iglesias del emplazamiento. Estos bienes son una clara aportación al desarrollo económico de la zona por su gran valor cultural y la atracción turística que generan.
En el año santo compostelano, celebrado en 2010 acudieron a Santiago de Compostela un total de 272.135 peregrinos. El impacto económico supuso el 10,6% del PIB en Galicia (6.138 millones de euros); se crearon 135.718 puestos de trabajo y aumentó el número de pernoctaciones en la ciudad en un 9,4%.
Y lo que es más importante. La Iglesia no sólo contribuye al enriquecimiento de nuestro país. Gracias a la actividad desplegada, en el ámbito pastoral, educativo, cultural y asistencial, supone un ahorro de miles de decenas de millones de euros para las arcas públicas.
Fondo Común Interdiocesano
Las cuentas no pueden estar más claras. La Iglesia no es un negocio lucrativo que deba tributar. El Fondo Común Interdiocesano se constituye a partir de dos partidas que son la asignación tributaria y las aportaciones de las diócesis. En 2010 se constituyó con un total de 227.959.000 euros. De esta cantidad, 32.473.000 euros se destinaron a fines generales como la Seguridad Social de sacerdotes y obispos; centros de Formación eclesiásticos; a la Conferencia Episcopal Española; a diversas actividades pastorales realizadas tanto en el ámbito nacional como en el extranjero; a la Conferencia de religiosos; a la ayuda a las diócesis insulares y a instituciones de la Santa Sede, entre los que destaca el Óbolo de San Pedro y el Tribunal de la Rota.
Por otra parte, los 195.486.000 restantes se distribuyeron a las diócesis, en función de sus necesidades generales. Según fuentes de la conferencia episcopal, cada diócesis, una vez recibida la cantidad que le corresponde, procedió a su reparto atendiendo a las normas propias de organización económica diocesana. Se trata de un modelo de reparto basado en la solidaridad y comunicación de bienes, donde prima la capacidad de atender las necesidades básicas, en especial la de las diócesis con menos recursos. Las cantidades que se distribuyen no van asignadas a ningún fin concreto. Son las diócesis, las que atendiendo a sus necesidades generales, distribuyen el dinero recibido.
En consonancia con las necesidades de la sociedad
La Iglesia Católica ha sabido adaptarse a los tiempos de crisis, como demuestra el hecho de que el gasto asistencial se incrementó en un 56,5% con respecto al año anterior. En 2010, fueron 4.165.250 las personas atendidas en sus necesidades básicas (comedores sociales, centros de acogida, de promoción de trabajo, de víctimas de la violencia, etc). La cifra no ha dejado de aumentar en los últimos años y crece un 14,23% con respecto a la de 2009.
Cada euro que se invierte en la Iglesia rinde como 2,35 euros en su servicio equivalente en el mercado. Esto es posible gracias a la colaboracion de miles de personas voluntarias que aplican el criterio de gratuidad de recursos y eficiencia en su uso.
Además de las actividades culturales y asistenciales de la Iglesia, la Memoria recoge otras como son la educativa y la evangelizadora en el extranjero, la cultural y la actividad asistencial y caritativa de la Iglesia.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com