El conflicto entre Oriente y Occidente se libra en el terreno del terrorismo y en los campos de batalla, pero no menos alrededor del mundo del petróleo. Es ésta una guerra de despachos y una guerra mediática. Washington esta convencido de que la OPEP, presunto aliado, es en realidad su peor enemigo. Así, los norteamericanos continúan aumentando sus reservas de crudo, al tiempo que la OPEP amenaza con una nueva reducción de la producción de petróleo para conseguir que el precio del petróleo no baje de los 40 dólares.

Hace apenas dos años, y a través de Arabia Saudí, los productores de petróleo aceptaban un precio medio entre los 23 y los 28 dólares barril.