Ha sido la gran estafa científica del siglo: la utilización de embriones humanos como cobayas de laboratorio. El uso de embriones humanos prosobrantes -¿existen personas sobrantes- de fecundación in vitro (FIV) fue el no va más de la progresía. En España la cosa empezó con la popular Ana Pastor y se amplío con la socialista Elena Salgado y su ley de reforma de la FIV y de Investigación Biomédica, una de las vergüenzas de la historia de España. El PP, naturalmente, prosiguió con la matanza de embriones humanos y, no sólo eso, sino que nombró secretaria de Estado de Investigación (ministro Guindos) a Carmen Vela, la ideóloga abortera y trocea-embriones de Zapatero.

En cualquier caso, el personaje más popular de las terapias que usaban embriones humanos fue Bernat Soria, el futuro Premio Nobel español, y llegó a ministro de Sanidad. Luego volvió a su centro de Sevilla, dedicado a masacrar embriones humanos y que iba a curar la diabetes..., asunto financiado con dinero público. Al final, resulta que las células embrionarias no han curado ni un resfriado, mientras las células madre adultas, que no matan a nadie están obteniendo terapias exitosas un día sí y otro también y Bernat Soria ha hecho mutis por el foro.

Otro de los centros financiados con dinero público fue el de Madrid, del ilustre Rafael Matesanz, y como ha resultado otro fracaso, el astuto doctor lo ha reconvertido en centro de transplantes y no se apea del sillón.

Otro de los grandes 'científicos' progresistas era José Manuel Izpisúa (en la imagen), traído desde Estados Unidos por el Gobierno Zapatero como el gran hombre. Se puso a su disposición un centro en Barcelona, todo para la lumbrera, que, naturalmente, no ha conseguido ningún éxito. Así que Izpisúa ha decidido salir por la puerta de atrás... pero los españoles seguiremos financiando este fraude científico y ese matadero de embriones con nuestro dinero público. Insisto: barbaridad ética y fraude científico y generador de patologías. Barbaridad porque las terapias con embriones humanos supone matar a un ser humano dotado de un código genético individuado. Fraude científico porque no ha curado nada a nadie. Generador de patologías porque, encima, la utilización de embriones ha generado tumoraciones. Los grandes científicos y los políticos progres jugando el papel de dioses, han acabado en aprendices de brujo.

La estafa ha sido de alcance mundial, no se crean. Lo primero que hizo el progresista Barack Obama como presidente fue reunirse con otros científicos progres y abrir (y financiar -estos científicos viven pendientes de las subvenciones públicas-) el camino hacia la utilización de seres humanos o pequeñitos como cobayas. Naturalmente, la investigación con embriones ha caído en picado en USA.

¿Reconocerán algún día estos científicos la barbaridad, el fraude y las patologías generadas Nunca jamás, la soberbia científica supera con mucho a las de los políticos. Y seguimos financiando a estos mataderos de embriones humanos. Con el PSOE y con el PP.

Eulogio López

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