El auge del sector exterior, así como la caída del consumo interno, claves para estas cifras. El paro también repunta y supera el 21%.
El Banco de España ha presentado este viernes el boletín económico del mes de abril en el que publica las cifras del primer trimestre del año. Aunque son datos ya conocidos, es destacable que califique el crecimiento de la economía española durante este periodo de tiempo como "débil", en un entorno caracterizado por la progresiva recuperación de la economía mundial. Durante el trimestre, se produjo "un incremento del 0,2 %, igual al de los últimos meses del año pasado".
Los factores que han provocado este repunte tan cercano al estancamiento son la "contribución negativa de la demanda nacional, de magnitud similar a la del trimestre precedente", y el "aumento de la aportación positiva de la demanda exterior neta, que volvió a ser la principal fuente de expansión del gasto". Como había afirmado el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, hace una semana, se está produciendo "un cambio estructural importante", en el que la construcción está dejando paso a la exportación como fuente de crecimiento. Lo que está claro es que por ahora, la demanda nacional se ha detenido por la "moderada recuperación del consumo de los hogares".
Si a esto se añade que la tasa de paro ha experimentado un repunte de un punto porcentual, hasta situarse en el 21,3 % en el primer trimestre, todo parece indicar que la demanda interna seguirá estancada. Pero es que además, pese a la debilidad de la economía española, el Banco de España, subraya que "la inflación prolongó su trayectoria ascendente", alcanzando el indicador adelantado del IPC el 3,8 %).
Además, la brecha entre los países que se encuentran en una fase más avanzada del ciclo (Alemania y Francia) y los más rezagados, que todavía no han iniciado la recuperación (Portugal, Irlanda y Grecia), y entre los que se podría incluir a España, se volvió a ampliar.
Juan María Piñero
juanmaria@hispanidad.com