Sr. Director:
Esta es una muestra de cómo están nuestras Fuerzas Armadas. Cómo se mal gasta el dinero público en campañas de publicidad rosa: "Ves donde quieras, conoce mundo, tus compañeros, tu escuela... etc"; y cuando te han "equivocado", te encuentras con la cruda realidad:
1.- Suboficiales y oficiales que dan sus mejores años y cuando no interesan a la calle, sin oficio ni beneficio.
2.- Tropa "profesional" cobrando entre 700 y 800 al mes por una jornada ilimitada, "por necesidades del servicio", al menos en la Armada.
3.- Tropa "profesional" que tras una lesión presuntamente invalidante (Isla de Perejil) les ponen de patitas en la calle. No me puedo imaginar la que se armaría si el despedido fuera un funcionario de verdad. ¿Es que todavía los puestos administrativos se reservan para determinadas personas?
4.- Las generalidades producen injusticias, pero hay un porcentaje muy elevado de mandos, que no entienden todavía que los militares a sus órdenes tienen derechos, y que están para cumplir una función tan importante o más que la suya; de hecho sobran oficiales y jefes, y falta mucha tropa.
5.- Un familiar mío, tras superar las pruebas de ingreso, las psicológicas incluidas, ingresa en la Escuela de la Armada en Ferrol. Pasa al menos tres exámenes psicotécnicos en la Escuela, se incorpora a un patrullero de altura, de cuyo nombre no quiero acordarme, basado en Cartagena. La segunda semana de navegación (y de toda su vida), tras jornadas agotadoras de cocina, en la que algún que otro compañero que debería enseñarle y ser su jefe se dedicaba a "asuntos propios", un día se queda dormido y como premio el "jefe" que debería enseñarle a amar a la Armada, da orden de que durante dos días le levanten a las tres de la mañana. Cuando este familiar solicita hacer un curso de especialización, sospechosamente le descubren un trastorno de la personalidad y no lo puede hacer, con lo cual le hunden hasta el punto de entrar en una depresión que le ha durado 16 meses el tiempo que la Armada ha considerado suficiente para no renovarle (Gracias a Dios) el contrato.
Juan González
gonpalomo@yahoo.es