Con el apoyo, de Josu Jon Imaz, ACS todavía cree posible desbancar a Galán y fusionar Iberdrola con GN-Fenosa. Josu Jon Imaz, ahora en Petronor, es uno de los más entusiastas de la gran empresa energética integral vasco-catalana. El ex presidente del PNV aún se muestra resentido con Galán por no ficharle. Pérez también intenta hacerse con el apoyo del Gobierno, pero Sebastián está más preocupado por Repsol que por Iberdrola

La obsesión del presiente de ACS, Florentino Pérez, por echar a Ignacio Galán de la Presidencia de Iberdrola empieza a resultar molesta hasta para sus aliados. Así, La Caixa, su aliado y socio en Abertis, ya les ha dejado claro que con la fusión de Gas Natural y Unión Fenosa ya tiene energía más que suficiente. Y es que Florentino sabe que no puede controlar Iberdrola y que el Gobierno le ha prohibido llamar en su ayuda a las multinacionales extranjeras. Es decir, Florentino se conforma con despedir a Galán y venderle Iberdrola a GN-Fenosa, sólo que La Caixa no quiere más guerras.

Y no sólo La Caixa, sino también el Gobierno. El ministro de Industria, Miguel Sebastián, ya ha dejado claro a Pérez que le preocupa poco el futuro de Iberdrola y mucho más que alguna multinacional petrolera lance una OPA sobre Repsol. Por eso, desanimar a La Caixa a tomar postura, le animaría antes a comprar más repsoles que a participar en competiciones sobre Iberdrola.

Otra variante política más, la única en la que la obsesión personal del presidente de ACS ha encontrado apoyo, es cuando el proyecto vendido consiste en la creación de la gran empresa energética vasco-catalana. Porque ahí sí que Pérez (que consiguió el apoyo de Josu Jon Imaz, el ex presidente del PNV, hoy de Petronor, del grupo Repsol) está resentido con Galán tras su derrota política y salida del partido: Imaz cree que Galán le debe una -que no le ha pagado, porque quien le ficho fue Repsol- desde que le apoyó decididamente con los nacionalistas escoceses, tan pesados como los vascos, a la hora de hacerse con Scottish Power.

Pérez se queda sin apoyos, pero se resiste a buscar una salida a su participación del 12,8% en Iberdrola. Desde luego, el apoyo de La Caixa no alcanza a batallas personales.