Sin embargo, el biofísico nuclear Jean B. Rinaudo, lo desmiente y atribuye el origen de la imagen sindónica a una irradiación instantánea de protones emitidos por el cadáver, bajo el efecto de una energía desconocida: los protones de deuterio (implicado en este proceso) podrían haber formado la imagen y los neutrones habrían irradiado el tejido, enriqueciéndolo en carbono 14, falseando la datación. Por su parte, Dimitri Kouznetsov sometió una tela del s.I, datada correctamente con carbono 14 a un incendio como el que sufrió la Sábana en 1532. Los nuevos resultados -con el C14- atribuyeron al lienzo una fecha 13 siglos posterior. Además la sangre encontrada en la S.S (de varón, grupo AB, la más común de la raza semítica) coincide con la que se encuentra en el Sudario de Oviedo, una tela de 83 x 52 cm. con numerosas manchas de sangre simétricas y que en el siglo IX llegó a España desde el África septentrional. Esta sangre es también AB y el DNA presenta perfiles genéticos similares al de la S.S. Igualmente los estudios de la Universidad de Siena, de la reliquia física que se conserva tras el milagro eucarístico de Lanciano (Chieti) (s. VIII), en la iglesia de San Legonziano, por el cual, en la consagración, la hostia se convirtió en carne y el vino en sangre, concluyeron que la carne corresponde a tejido de un corazón humano y la sangre es del grupo AB.
María Ferraz
fermar42@gmail.com