Los editores tendrían que acudir a la vía civil, aunque los periodistas ya han visto reconocido su derecho sobre los textos

 

La batalla de los grandes editores por hacerse con los derechos de autor ha fracasado en los tribunales. Gedeprensa, formada por Recoletos, Prisa, Vocento, Godó y Unedisa, es la sociedad creada en 1992 para reclamar unos supuestos derechos de autor por parte de las empresas editoras. La estrategia consistía en simular una gran preocupación por el asunto y por la posibilidad de incurrir en monopolio si la sociedad acaparaba todos los derechos de autor de los principales medios españoles. Ahora bien, ya que se trataba de un fin tan noble, los tribunales deberían considerar la excepción concediendo el permiso previsto por la ley: una autorización singular. De paso, en agradecimiento a su contribución a la Humanidad, los miembros de Gedeprensa recibirían el pago por los resúmenes de prensa o ‘clippings' elaborados cada día. Los editores pasaban por alto lo más obvio: que no son autores. Por tanto, los derechos de autor corresponden a quienes elaboran los textos, por más que estén a sueldo de El País, ABC o El Mundo.

El Tribunal de Defensa de la Competencia no les dio la razón y los editores recurrieron a la Audiencia Nacional. Ahora, la Audiencia les ha recordado que desde hace tres años no existe la autorización singular y que las cuestiones referidas a la propiedad intelectual corresponden a la jurisdicción civil. Pero esa es otra guerra Batacazo, por tanto de Gedeprensa en los tribunales.

Aunque queda abierta la vía civil, lo cierto es que la reforma de la propiedad intelectual reconoce el derecho al periodista y no al medio. A esto se añade que la demanda de los editores se fue diluyendo con el acuerdo entre clippineros (asociados en AESIP) y la Federación de Asociación de la Prensa (FAPE) para pagar a los periodistas 4 céntimos de euro por artículo reproducido.