Sr. Director:

Quiero transmitir a sus lectores una noticia que he leído en un servicio de información y que me parece de máximo interés:

El arzobispo de París, Mons. André Vingt-Trois, y el gran rabino de esa capital, David Messas, han firmado una declaración común en la que expresan "una firme oposición a toda forma de cooperación al suicidio y a todo acto de eutanasia". Los dos lideres religiosos entienden por eutanasia "todo comportamiento, por acción u omisión, cuyo objeto es dar la muerte a una persona para poner fin a sus sufrimientos". El mandato bíblico "No matarás" se aplica también en este caso.

Advierten que el abandono de un tratamiento con un paciente terminal cuando ya es inútil, "no dispensa el deber de seguir cuidándole", especialmente de seguir alimentándole, "sobre todo por la vía natural". Si circunstancias excepcionales llevan a limitar o suspender la aportación de nutrientes, esto no debe convertirse nunca en un medio de acortar la vida.

Esta declaración común, dada a conocer el 2 de abril, es el resultado de los trabajos de un grupo de reflexión creado por la diócesis y el consistorio judío de París. Su postura coincide con las grandes líneas de la ley sobre el fin de la vida, vigente en Francia desde 2005, que da al paciente el derecho a rechazar tratamientos considerados inútiles, pero que no admite la eutanasia ni la asistencia al suicidio.

Días antes, el gran rabino de Francia, Joseph Sitruk, se declaraba también en un un comunicado contrario a toda ley que aceptara la eutanasia. Recordaba que si "evitar el dolor es un imperativo de humanidad", "el hecho de contribuir a abreviar la vida no es simplemente un error, sino que constituye una falta llena de consecuencias para el porvenir de nuestra sociedad"."La ley correría el riesgo de normalizar lo que no puede ser normal".

Pienso que estas reflexiones de nuestro país vecino vienen muy bien al nuestro.

Mª Paz Gutierrez Amaro

mpazg2004@yahoo.es