• Es una forma de decir que sí se puede ayudar con fondos públicos a los inversores en productos bancarios pero no a otros.
  • Respecto al saneamiento bancario, hay que dejar quebrar a los bancos… pero menos.
  • Un país como Eslovaquia podría vetar los créditos para la banca española.
  • El FEEF es un organismo gubernamental, no comunitario, que exige unanimidad y donde hay derecho a veto.
  • Hay países de la Eurozona (Holanda, Austria y Alemania) con tasas de paro inferiores a las del comienzo de la crisis.
  • "El problema de Europa es la falta de confianza entre los países miembros: no se buscan soluciones en común".
  • Bruselas puede establecer el supervisor bancario europeo para el jueves-viernes.
  • Los padres fundadores querían una Europa solidaria, no un banco.

Joaquín Almunia (en la imagen), vicepresidente de la Comisión Europea, pasa por ser el más europeísta de todos los políticos del PSOE. En el Curso de la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, mañana del martes, hizo gala de ella. Ahora bien, parece sufrir una ligera confusión entre europeísmo y colonialismo y entre solidaridad y ayudas crediticias, que de ayudas que no tienen nada porque son créditos.

Ahora bien, lo urgente antes que lo importante. Almunia sorprendió al respetable con la petición de que los bancos paguen a los suscriptores de preferentes que, como diría al final de su alocución "han sido engañados". Y más: "Dar ayuda a una viuda no es ayuda del Estado".

Y cuando un periodista le dice que por qué no se ayudó entonces a los inversores de AFINSA y Fórum Filatélico, un "caso similar a las preferentes", Almunia se revuelve: "Lo de AFINSA no se parece a lo de las preferentes". Curioso. Uno diría que sí. Es un inversor que animado por una rentabilidad importante se fía de quien no debía y pierde. La historia misma de las finanzas.

A mitad de los años ochenta, la UE decide ir al mercado único, con Jacques Delors como presidente de la Comisión Europea, pero eso exigía la unión monetaria. Se crea la Comisión Delors. Y encima llega la unión alemana y el final del comunismo. Sin voluntad política no se habría creado el euro.

Almunia emplea el término político como sinónimo de generosidad. Aún queda gente así y no niego ninguna razón para dudar de la sinceridad de don Joaquín. Lo cierto es que la inmensa mayoría está convencida de que a los políticos lo único que les importa es mantenerse en el cargo el mayor lapso posible. Lo que quiere decir, pero no dice, Almunia, es que la unión europea fue fundada por unos señores que creían que los países ricos debían ayudar a los países pobres como miembros de un todo llamado Europa. He dicho 'ayudar', no ayudarles a endeudarse, que es muy distinto.

Hay miembros de la zona Euro que no están sintiendo la crisis. Alemania, Austria u Holanda tienen menos paro que cuando comenzó la crisis y sus economías siguen creciendo. Y hay economías como España e Irlanda en las que el desastre actual ha sido consecuencia de la crisis, no al revés.

El problema es "la falta de confianza entre ellos", asegura Almunia, que impide tomar decisiones.

Y luego hay un exceso de gubernamentalismo y poco comunitarismo. Por ejemplo, el fondo que va a prestar dinero a la banca española toma las decisiones por unanimidad, los órganos comunitarios lo hacen por mayoría.

Y tiene razón Almunia. Ahora bien, para ese comunitarismo se precisa que los comunitarios estén alentados por un ideal de generosidad, no de neocolonialismo. Por ejemplo, de neocolonialismo alemán sobre el resto.

Otrosí: el problema de la crisis es la deuda pública. Desde 2011 esa crisis ha contaminado al sistema bancario. Y así es como los ajustes y las reformas estructurales no obtienen los resultados deseados.

Y queda poco tiempo. Si se siguen produciendo síntomas de contagio. En cualquier caso, para Almunia no se puede hablar de la nada al eurobono… aunque no es partidario de los eurobonos. Se precisa que haya mayor homologación (mutualización, como se dice ahora) entre las condiciones de deuda. Si no, no es posible.

¿Por qué? Almunia no responde, por la misma razón la Europa solidaria -y los eurobonos no son sino solidaridad, aunque sea financiera-.

Estos días Bruselas, Juncker, Barroso, Draghi, etc. preparan un documento acerca de cómo debe crecer Europa. Más de uno se teme que en ese documento sólo se hable de Grecia… una vez más.

El problema de Almunia es que no es europeo sino bruseliano lo cual significa hoy, berlinés. Por ejemplo, quiere la Europa bancaria, que queda muy bonito pero significa que el Banco de España ceda al BCE la inspección de la banca española. Comparado como se ha portado Berlín (Merkel) y Fráncfort (BCE-Mario Draghi) con España, el asunto es como para echarse a temblar.

No hombre no: la UE debe fundarse sobre la solidaridad, que es un principio cristiano, o estallará en mil pedazos. No se trata de crear la Europa bancaria sino de hacer lo que se hacía hasta 1992, cuando los fondos trasferidos desde los ricos a los pobres se trocó en capacidad de endeudamiento. Lo que ha que hacer es aumentar el presupuesto común -mínimo y congelado desde hace cuatro años-. Si ceder soberanía, como reclama Almunia, consiste en otorgar más poder a Bruselas para repartir un presupuesto común que intente homologar rentas en Europa, entonces ¡viva la cesión de soberanía! Pero si se trata de ceder para mantener una Unión Europa que tiene todas las pintas de acabar en colonialismo, entonces me voy.

Y ahí es donde Almunia asegura que hay que volver a la Europa de los padres fundadores: que no, que los padres fundadores no buscaban cesión de soberanía, sino de dinero. Buscaban una Europa solidaria, no un banco.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com