La campaña es muy simple: se trata de decir que la economía española va bien Y pobre de aquel empresario que desobedezca las órdenes. Desde Moncloa y desde Ferraz se ha lanzado la idea de que los empresarios deben cerrar filas con el Gobierno en defensa de la bonanza económica. La verdad es que algunos patronos están obligados a decir que la cosa van bien, porque de otra forma lo sufrirían en sus carnes, pero Moncloa enarbola el palo y la zanahoria: puedes decir que no hay crisis porque lo creas o porque te interesa. En cualquier caso, dilo.
Los interlocutores favoritos con el mundo empresarial son, cómo no, el inefable Miguel Barroso, y Javier de Paz, antaño jefe de las Juventudes socialistas y hoy punto de encuentro entre los empresarios y ZP. Además, la labor de Javier de Paz se ha visto relanzada desde el momento en el que Miguel Sebastián abandonó la Oficina Económica y se ha alejado personalmente de Zapatero.