Desoyó los avisos sobre la situación del país y el posible colapso bancario.
Islandia, ¡qué país! Se está convirtiendo en la niña de los ojos de muchos economistas que defienden que si un país no puede pagar sus deudas, que no lo haga y simplemente se vaya a la bancarrota. Seguramente cuando salgan del hoyo, lo harán mejor.
Si hace unos meses fue noticia por el rechazo en referéndum para que el Estado pagara los errores de sus bancos, ahora lo es porque van a juzgar al primer ministro que dirigía el país durante el colapso bancario de 2008, el conservador Geeir Haarde, por negligencia grave.
Islandia es el único país que ha dejado quebrar a los bancos y se ha decidido a no pagar, lo que ha provocado el enfado de adinerados holandeses y británicos que habían visto en los bancos de ese país la gallina de los huevos de oro, pero que al final se convirtieron en su pesadilla, y que ahora han llevado al país a los tribunales. Y también el único, por ahora, que exige responsabilidad a sus gobernantes por no cumplir con su cometido.
Igual que nos fijamos en Europa para otros muchos temas, ojalá en España tomáramos ejemplo. Seguro que ningún otro presidente del Gobierno sería capaz de ignorar durante más de un año la crisis diciendo que es una leve recesión, un bache que padecen otros, y cuando los analistas le avisen de que las cosas van mal, se pondrá manos a la obra, en lugar de esperar al caos, para decir tan tranquilo, "la crisis, como a ustedes les gusta decir”… Como se hiciera así, seguro que gran parte de la casta política desaparecería para esconderse debajo de las piedras.
Juan María Piñero
juanmaria@hispanidad.com