- Naciones Unidas alarma de las vejaciones sexuales a las que son sometidas las mujeres cristianas y yazidíes en los territorios que controla el grupo terrorista.
- Y confirma los peores pronósticos: unas 1.500 están siendo agredidas en su dignidad con violaciones y situación de esclavitud.
- Los 57 países musulmanes que integran la organización OCI brindan su apoyo al nuevo primer ministro iraquí. Una colleja a Al Maliki.
- La ONU pide lo mismo que la OCI, pero llama a la calma porque a nadie le interesa un conflicto civil por cuestiones políticas.
Con el mismo ritmo que se conocían las noticias sobre la violencia del Estado Islámico contra las minorías religiosas, aparecían también en la red rumores de lo más inconsistentes y absurdos sobre la realidad de lo que está ocurriendo. ¿Acaso no es una perogrullada afirmar que entre los secretos que esconde Snowden (quien publicó documentos de la NSA) esté la revelación de que el líder del EI, Abu Bakr Al Bagdadi, es un judío camuflado La realidad es mucho más cruda, tal y como venimos explicando estos días en Hispanidad. Tan dura que, hasta Naciones Unidas, acostumbrada a actuar con parsimonia en este tipo de cuestiones, ha alarmado de las atrocidades que están cometiendo en las regiones de Irak bajo el control de los temidos yihadistas.
La representante especial de la Secretaría General de Naciones Unidas sobre violencia sexual en situaciones de conflicto, Zainab Hawa Bangura, y el representante especial de la Secretaría General para Irak, Nickolay Mladenov, han tildado de "actos bárbaros" las vejaciones sexuales de los islamistas radicales a cristianos, yazidíes, tukmenos o shabak en la región. Aportan cifras: unas 1.500 mujeres están siendo esclavizadas sexualmente por el Estado Islámico.
Desde la ONU alarman de que está agresiones constituyen una grave violación de los Derechos Humanos y pueden llegar a suponer crímenes de guerra y contra la humanidad. Reclaman el apoyo de la región y la comunidad internacional para acabar la agónica situación de las comunidades religiosas minoritarias del norte de Irak, obligadas a huir a la desesperada de la región para no ser presa del trato atroz de los yihadistas.
Mientras, en medio del clima de inestabilidad que azota a Irak, los distintos agentes internacionales empiezan a tomar posiciones. Las últimas reacciones han venido de parte de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), integrada por 57 países, que se suma al apoyo del nuevo primer ministro irakí, Haider Al Abadi. El secretario general de OCI, Iyad Madani, confía en que la nueva ejecutiva devuelva a Irak "un papel activo a nivel árabe, islámico e internacional" y asegure "la unidad, independencia, soberanía e integridad territorial" a este país. La ONU, por su parte, ha instado a Al Abadi a que forme gobierno "lo antes posible", al tiempo que ha pedido a políticos y simpatizantes "calma". Nadie quiere un temido conflicto civil. Al Mailiki, el primer ministro saliente, sigue sin querer moverse de su puesto.
Daniel Esparza
daniel@hispanidad.com