En la edición del pasado martes 9 escribía yo que Amnistía Internacional estaba a punto de quitarse la careta y defender oficialmente el aborto. Muchos sospechábamos que la progresía de AI le llevaba en volandas hacia el Imperio de la Muerte, otros, más contumaces, aseguran que siempre ha vivido del mercado de la muerte, dado que, como tantos otros, AI participa de esa curiosa concepción de los derechos humanos de la persona comienzan, como la persona misma, con el nacimiento. Antes, los seres humanos somos conjuntos de células que ni sentimos ni lo que es mucho más definitivo- consentimos. Según esta profundísima concepción de la existencia, 10 minutos antes del parto el ser humano es un conjunto de células sin derecho alguno : 10 minutos después ese mismo conjunto de células, en un lapso donde no se ha operado ningún cambio ni de esencia ni de estructura resulta que es sujeto de derechos: ¡Ah, la magia, que nunca acaba de desaparecer del horizonte humano!
La confirmación ha llegado pronto. Vean la carta, muy educada, todo hay que decirlo, que me remite el presidente de AI España, don Esteban Beltrán:
Le escribo en relación al artículo firmado por Ud. y aparecido en Hispanidad.com con el titular "Amnistía Internacional, el enemigo a batir". En él escribe "AI afirma ahora que luchará por el derecho al aborto en todo el mundo". Esta frase no refleja en absoluto la realidad, ya que AI no mantiene hasta la fecha postura oficial alguna sobre el aborto.
En estos momentos se está realizando una amplia consulta interna en la organización sobre los derechos sexuales y reproductivos de las personas, incluida la cuestión del aborto. Este proceso de consulta continuará hasta que los miembros de AI consideren que todas las preocupaciones y cuestiones relacionadas han sido adecuadamente consideradas y debatidas. Sólo entonces AI hará pública su posición al respecto.
Amnistía Internacional mantiene un compromiso firme de defensa de los derechos sexuales y reproductivos de todas las personas porque están claramente fundamentados en los derechos humanos ya reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y otros tratados y normas internacionales, sobre todo respecto al derecho a la integridad física y mental, a la libertad de conciencia y expresión y a no sufrir discriminación, a los derechos económicos, sociales y culturales, los derechos de los menores y los derechos de las mujeres.
Amnistía Internacional ha venido desarrollando en los últimos años un trabajo creciente en el campo de los derechos sexuales y reproductivos, en torno a la mutilación genital femenina, la esterilización y el aborto forzados, la pena de muerte en virtud de leyes que penalizan el aborto y el adulterio, y la negación del acceso a medidas de prevención, a los tratamientos y a la información pertinente sobre la salud.
Esteban Beltrán Verdes
Director de Amnistía Internacional España
Toda buena rectificación debe consistir en la negativa de una idea disfrazada como la negativa de un hecho, porque lo primero es una opinión interesada, mientras lo segundo es un error. Don Esteban dice que AI no apoya el aborto, pero está estudiando si lo apoya, al tiempo que precisa que dicho apoyo entraría dentro de lo lógico, dado que AI se ocupa y preocupa de los derechos de los menores (con tal de que no sean muy menores, al parecer- como lo derechos reproductivos de las mujeres, un lenguaje que, como les diría, me suena mucho. Ahora bien: esto de estás equivocado porque nosotros no apoyamos el aborto todavía, por tanto, has cometido un gravísimo error, tiene su encanto. Es como si dijéramos: No puede usted decir que Amnistía Internacional apoye el genocidio nazi de los judíos, dado que por el momento es un debate interno sobre el que no hemos adoptado ninguna resolución. Eso sí, AI siempre ha luchado por recuperar los derechos inalienables de la raza aria, sometidos a la presión insoportable del sionismo internacional, que controla el sistema financiero internacional y se ha convertido en el Gobierno en la sombra de muchas democracias decadentes.
Que sí, que Amnistía Internacional ya ha tomado postura. Sobre la vida no se debate, sino se adoptan posturas objetivas. Siguiendo con el modelo, una postura objetiva consiste en dar 10 minutos a los nazis y 10 minutos a los judíos, para que ambos grupos puedan expresarse en igualdad de condiciones. Pues no señor, una asociación que lucha por los derechos humanos debe defender el primer derecho, el que posibilita todos los demás: el derecho a la vida. Asusta que el presidente de AI España se quede tan fresco tras escribir las anteriores líneas, que, para no calificar de cínicas, vamos a tildar de incoherentes.
Eulogio López