El Gobierno norteamericano ha aprobado la solicitud de la multinacional IBM para que sus ordenadores personales sean fabricados en China por la firma Lenovo. Con ello, el Gobierno Bush acaba de permitir un paso de gigante en el proceso acelerado de precarización mundial de empleo. En efecto, a partir de ahora, todos los Pcs de IBM se fabricarán en China con patente norteamericana, lo que es tanto como decir que serán fabricados por trabajadores con salarios de subsistencia y serán vendidos en Occidente a los mismos precios que ahora mismo. IBM llegará a ganar más, obtendrá más beneficios a costa de aumentar el desempleo en Estados Unidos y de explotar a los trabajadores chinos. Eso sí, no les explotará a ella directamente, sino a Lenovo.
Con este sistema, nadie podrá acusar al Gigante Azul de deslocalizar sus factorías. En efecto, sólo deslocaliza el empleo.
Es de esperar que el ejemplo de IBM sea imitado por otras grandes multinacionales. A fin de cuentas, los grandes bancos y empresas están emocionados con los países emergentes. O más bien, con los salarios que se pagan a los países emergentes. Especialmente, les gustan China, la India, Rusia y Brasil. Es lo que los analistas llaman el modelo chino, que por mucho eufemismo que utilicemos sigue siendo eso: crecimiento a costa de salarios bajos.