Ricardo Fornesa, presidente de La Caixa, e Isidro Fainé, director general, han intentado exportar el modelo de cajas de ahorros a Hispanoamérica. Meses después de iniciados los contactos, Fornesa reconoce que no ha tenido eco. El presidente de la primera caja de ahorros española se asombra de que unas entidades que aportan en obra social tanto como los fondos de cohesión no tengan más éxito en una zona en la que el sistema bancario está en mantillas. En Iberoamérica no sólo es difícil obtener un crédito sino incluso abrir una cuenta corriente. Es cierto que una de las características del subcontinente hispano es la bancarización, por ejemplo en el pago de recibos, se sitúa por debajo del 5%, lo que ralentiza el proceso de pagos y con ello el desarrollo económico.
Para Fornesa, en el fracaso de la exportación del modelo también influye el hecho de que los españoles no suelen valorar sus propios inventos, es decir, las cajas de ahorros.
No obstante el que países como la Argentina o Chile hayan desechado el modelo de cajas de ahorros resulta sorprendente. En efecto, impera el modelo de mercados financieros especulativos y de sociedades anónimas, y no se admite ninguna otra fórmula empresarial.