Héroes imaginarios se ha vendido, publicitariamente, como una película muy similar a la oscarizada American Beauty. Es cierto que presenta un retrato bastante amargo de una familia norteamericana de clase media-alta, pero aunque mucho menos brillante en su desarrollo que la de Sam Mendes, su desenlace, al menos, resulta más esperanzador.
La existencia de la familia Travis se hace añicos tras el suicidio de su hijo mayor, un genial nadadorque odiaba nadar. El padre de la familia, que había puesto todas las esperanzas en su primogénito, desconecta del mundo que le rodea; la madre se dedica a fumar porros y a demostrar que es única soltando sarcasmos y el hijo adolescente de la familia vegeta más que vive Todo un cúmulo de secretos rodean a esta familia ejemplar.
Héroes imaginarios, se mire por donde se mire, es un culebrón donde caben todo tipo de historias inimaginables. No existe ningún tipo de freno. Su joven director, Dan Harris, ha manifestado que deseaba hacer una película de estas características porque siempre le ha interesado lo que callaban los demás: Incluso de pequeño sabía cuándo la gente ocultaba cosas profundas y oscuras que nunca reconocerían Pero, como dirían los jovencitos, cuando uno contempla Héroes imaginarios flipa. Una cosa es que una familia tenga problemas, pase etapas críticas, y otra que veamos subtramas dignas de Corin Tellado (con todo respeto hacia la asturiana). Que la antigua amiga sea la ex amante del marido, que alguien reciba palizas y calle por miedo a la paz familiar, que el hijo sea diferente de sus hermanos con motivo justificado y no les cuento más porque, como habrán apreciado, no es gratuita la definición de puro folletín
Héroes imaginarios fue uno de los muchos estrenos del día 9 de junio
Para: Los que les gusten los culebrones inimaginables