Son los mismos antisistema que prepararon el homenaje a la proetarra Laura Riera. Como suele ocurrir con el ruido mediático, entre tanta polvareda se nos perdió don Beltrán. Porque, a todo esto, ¿qué había hecho la homenajeada para merecer tal galardón de los luchadores por la libertad? Les explico: la muchacha trabajaba en el Ayuntamiento de Tarrasa. Utilizando claves de sus compañeros, entraba en la sección de Tráfico, que a su vez tiene acceso a la Dirección General de Tráfico. Allí obtenía toda la información sobre matrículas de automóvil y demás datos de presuntos objetivos de ETA. Ella no ponía bombas al prójimo, tan sólo facilitó los datos del concejal del PP en Viladecavalls (Barcelona) y ETA, que son los realmente malos, le asesinó con una bomba-lapa debajo de su coche. Fue condenada nueve años y hasta se cuenta de recalcitrantes reaccionarios a los que se les antojan pocos.
La susodicha abandona el penal para rehacer su vida, naturalmente sin haberse arrepentido o sin haber explicitado su arrepentimiento. Y entonces van los okupas barceloneses y le montan un homenaje. La cavernícola Audiencia Nacional prohíbe tan honesta manifestación y las fuerzas represivas cargan contra los okupas e incluso se atreven a detener a uno de ellos. Al día siguiente, con Laura Riera de vacaciones en Salou, supongo, nuestro detenido recibe un re-homenaje, en nombre de la libertad de expresión.
Y esto es bello e instructivo, porque demuestra cómo debe hacerse una campaña electoral. Deduzcamos racionalmente: como los catalanes son gente con sentido común, la única explicación posible a lo ocurrido en el barcelonés barrio de Gracia es que el precitado, y pérfido, Xavier Trías, es el organizador de todo este montaje para asegurarse que nadie absolutamente nadie, pueda votar al actual alcalde de Barcelona, señor Jordi Hereu.
Nadie me lo quitará de la cabeza. Trías: tú eres el instigador.
Eulogio López
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