La comisaria europea amenazó con penalizar en lugar de incentivar la banda ancha fija

 

El pasado lunes, la comisaria europea de Telecomunicaciones, Neelie Kroes, planteaba la posibilidad de obligar a las grandes operadoras de telecomunicaciones a rebajar el precio de alquiler de sus redes tradicionales de cobre. El objetivo es siempre favorecer las inversiones en nuevas infraestructuras más rápidas como la fibra óptica, solo que hasta ahora el método era simplemente premiar la inversión, mientras que ahora pasa por tocar directamente el beneficio por el alquiler de las redes. Una especie de penalización, ya que los operadores se pueden librar invirtiendo en fibra.

La amenaza ha sentado especialmente mal en los operadores que tienen redes propias, como Telefónica o France Telecom, que acusan a Kroes de no generar más propuestas que las que le susurran al oído los operadores "entrantes" o "alternativos", es decir, operadores sin redes propias.

Entre los grandes existe "cierta incomodidad" con los operadores "pequeños", sindicados en Europa en la asociación ECTA y liderados por Vodafone. Les acusan de ejercer en Bruselas una salvaje labor de lobby que ha llevado a Kroes a actuar a su dictado.

Puede que la presión a la Comisión haya surtido efecto, pero también supone ponerse en contra de Deutsche Telekom, Telecom Italia, France Telècom o Telefónica. A estas compañías les molesta que un operador no precisamente pequeño ni marginal como Vodafone se aproveche de esta inversión obligatoria en redes de fibra. Argumentan que, a pesar de que la británica se presenta como compañía de móvil, el tráfico es en un 70% transportado por las redes fijas.

Kroes les ha dado donde más les duele, en la incertidumbre. No les ofrece la menor garantía de recuperar cada euro que conviertan en nuevas redes, tan necesarias, pero, al mismo tiempo, les amenaza con rebajas salvajes en el alquiler de la infraestructura ya existente si no acometen esas inversiones.

Además, si rebajas los márgenes de los grandes operadores cuando alquilan sus redes a otros, menos ingresos tendrán. Y con menos ingresos, y dado que son empresas privadas y no ONGs, menos inversiones en fibra. Justo lo que Kroes intenta incentivar con esta decisión.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com