- La multa de 103 millones de euros que la Autoridad Garante de la Competencia y del Mercado en Italia ha impuesto a la operadora puede precipitar su salida.
- El 'convoluto' italiano está harto de la mala gestión del empresario.
- Alierta confía en la salida de Bernabè y en la vuelta de su amigo Gabriele Galateri, ahora presidente de Generali.
- En cualquier caso, no será sencillo porque Bernabè es un individuo difícil de echar.
- Con su presencia en la italiana, Telefónica aspira a entrar en la reconversión de las telecos en Europa.
La Autoridad Garante de la Competencia y del Mercado en Italia (AGCM) ha impuesto una multa de 103,794 millones de euros a Telecom Italia por "abuso de su posición dominante". La multa es ciertamente cuantiosa, y puede ser la gota que colme el vaso de la paciencia de los accionistas de la operadora, que están hartos del presidente, Franco Bernabè (en la imagen). Para ser exactos, de su mala gestión.
¿De qué accionistas estamos hablando Fundamentalmente de los que controlan la compañía a través del consorcio Telco, que posee el 25% de la operadora. Esto es, Telefónica (46,1%), la aseguradora Generali (30,7%) y los bancos Mediobanca e Intesa Sanpaolo, con un 11,6% cada uno.
Uno de los que confían en la salida -más pronta que tarde- de Bernabè es César Alierta. El presidente de Telefónica da un paso más allá, y ya piensa en el sustituto. Concretamente, en Gabriele Galateri, ahora presidente de Generali y antes presidente de la operadora. Además -y no es asunto baladí- es amigo suyo. Pero no será sencillo echar a Bernabè, y menos aún antes de 2014, cuando se deberá renovar su nombramiento.
En cualquier caso, Alierta quiere mantener la posición de Telefónica en la italiana por una sencilla razón: espera participar -de la mano de Galateri- en la reconversión de las telecos en Europa. Reconversión que se resume en que tres o cuatro grandes compañías controlarán todo el mercado del continente.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com