Empeñado en sacar adelante su innecesaria y onerosa reforma financiera, al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) pone un circo y le crecen los enanos. Su postura era muy simple; dejar que los bancos buenos se comieran a los malos -la mejor manera de aumentar los problemas-.
En cualquier caso, sus tres caballeros blancos eran El Santander, el BBVA y Caixabank. Pues bien, a sus 67 años cumplidos el miércoles 19 de octubre, Francisco González (FG), el banquero de Chantada, presidente del BBVA, se niega a jugar la partida oficial. FG está en proceso de huida acelerada de España -que financieramente huele fatal- y su sueño es hacerse con el Deutsche Bank alemán (zona euro) o con el Barclays Bank (zona anglosajona), aprovechando los bajos precios de ambas entidades. En definitiva, quiere retirarse como presidente de una entidad paneuropea, aunque pocos dudan de que cualquiera de esos dos novios resultarían absorbidos accionarial y jurídicamente pero, en la práctica, la sede corporativa de decisiones saldría de Bilbao camino de Alemania o Reino Unido. En definitiva, ganaría FG pero perdería la banca española.
En cualquier caso, FG exige ahora a MAFO que, si pretende que se haga con entidades en crisis, por ejemplo con CatalunyaCaixa, exige que se las ofrezcan en bandeja. En otras palabras: con un esquema de protección de activos (EPA) no cifrado, que haga frente a cualquier contingencia que se pueda presentar. Vamos que hará el favor de gestionarlo sin poner un euro.
El peligro no sólo radica en que el gobernador no cuenta con FG sino en que sus exigencias serán inmediatamente calcadas por Santander y Caixabank, por aquello del agravio comparativo. Es decir, que a MAFO se le encarece su reforma por momentos.
Y FG también se niega a hacerse con Bankia. Sabe que ahí sería Rodrigo Rato quien le disputaría la Presidencia de la entidad resultante. Y Rato, el hombre que nombró a FG presidente de Argentaria, con lo que comenzó su carrera bancaria, tiene 62 años.
LA clave es que FG aspiraba ser vicepresidente económico con Mariano Rajoy. Entonces sí habría ofrecido su puesto a Rato con mucho gusto. La misma oferta, corregida y aumentada, recibió Rodrigo Rato del presidente del PP. La respuesta de Rato fue negativa.
Ahora bien, aunque FG aún mantiene esperanzas estas son cada vez más difusas. Y si no hay jubilación en la política tampoco hay licencia para Rato. Es mejor jubilarse como presidente de un banco paneuropeo, aunque España pierde a su segundo grupo bancario.
Eulogio López
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