La noticia no ha tenido mucha repercusión, porque inmediatamente la prensa progre se ha apresurado a silenciarla.

Pero el caso es que sí, que el uso de anticonceptivos -y los que hay ahora en el mercado todos son abortivos en determinados casos y circunstancias- tiene una relación directa con el aumento del cáncer de mama.

Lógico. Ni el quebrantamiento de la ley natural sale gratis para el cuerpo ni el de la ley moral sale gratis para el alma. Y lo más preocupante es que ambas se entrecruzan.

Y entonces llegamos al etarra Ander Errandonea, que viene a ser más de lo mismo. Que un tipo se pase 25 años en la cárcel por asesinar a sus semejantes y que lo primero que haga nada más salir de la cárcel es montar un show acerca de los parámetros que le llevaron a asesinar sólo tiene una respuesta: ha enloquecido.

Y es posible que se trate de una respuesta correcta, siempre que consideremos lo siguiente: no se convierten en homicidas por locos sino que acaban locos por ser homicidas. El loco no es malo, es el malo el que se vuelve loco. Es otro de los peajes de la violentación de la ley moral. 

Lo de los anticonceptivos es el peaje físico de la ley moral; lo del etarra chiflado es el peaje psíquico de la misma ley. Pero pagar, siempre se paga.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com