El 10 de marzo de2004, un día antes de la masacre colectiva de Madrid, Zapatero estaba convencido de que las elecciones las ganaba el PP, así que podía prometer lo que le viniera en gana. Fue así como, en el Palau Sant Jordi, Zapatero prometió que cualquier reforma del Estatuto de autonomía que llegara a Madrid con amplio respaldo del Parlamento catalán sería asumida por el PSOE. Pues bien, los independentistas catalanes de ERC se lo recuerdan ahora., sólo que el PSOE se puede romper: el andaluz Manuel Chaves, el extremeño Ybarra, su propio ministro de Defensa, José Bono, y otros barones podrían responder negativamente a cuestiones tales como que Cataluña sea una nación. Y entonces el PSOE se rompería.
A Hispanidad le consta que en Moncloa preocupa mucho más la cuestión catalana y la reforma de los estatutos de autonomía que el mismísimo diálogo con ETA.
Y Zapatero sabe que si consigue convertirse en el pacificador de Euskadi y que no le rompa el partido con las veleidades independentistas de los catalanes, podrá residir en la Moncloa por mucho tiempo.