Antes de nada una precisión que considero clave. Eragon es la traslación al cine de la novela homónima de Christopher Paolini que comenzó a escribir, con tan solo 15 años, lo que se ha venido en denominar la Trilogía del Legado y con la que este joven autor norteamericano ha vendido millones de ejemplares en todo el mundo. Sin querer entrar en el ataque directo simplemente añadiré que lo demuestra Paolini con Eragon es que, antes de escribir esta obra, había leído mucha literatura fantástica y había visto mucho cine de ese mismo género.
A partir de aquí puedo añadir que Eragon resulta entretenida, muy espectacular (cuenta con unos excelentes efectos especiales, algo lógico si tenemos en cuenta que su director, Stefen Fangmeier, es un auténtico maestro en esa parcela) y poco más.
De tal forma que todo su desarrollo recuerda a películas meritorias de ese género como es el caso de La guerra de las Galaxias (Eragon vive con su tío en una granja, tiene un maestro que le ayuda a convertirse en un jinete de dragón, va a unirse a las tropas de los rebeldes del reino etc) aunque su estética y sus personajes recuerdan a El Sr. de los anillos (los soldados del malvado rey recuerdan los orcos, el jefe de los mismos, Durza, parece un calco de Grima- Lengua de serpiente etc).
Cinematográficamente, Eragon es el intento de los grandes estudios Fox para meterse de lleno en las superproducciones fantásticas que tantos beneficios económicos han reportado a Buenavista- Disney (Crónicas de Narnia) y a New Line (El Sr. de los anillos).
Por lo tanto y nuevamente parece que, en el terreno fantástico, todo el mundo sigue imitando los pasos de Tolkien y su famosa trilogía: No hay nada más allá ni mejor.
Para: Adolescentes y jóvenes que quieran pasar, simplemente, un rato entretenido