Rafael del Pino Calvo Sotelo, hijo, quiere que su padre le asegure el control futuro del Grupo constructor. Su hermano Fernando apuesta por la separación patrimonial: quiere volar solo. La transferencia de activos entra las sociedades Casa Grande y Portman es un primer paso, pero el patriarca exige No hay que olvidar que en Ferrovial cotiza en bolsa, con un 42% del capital, propiedad de minoritarios
La comidilla del sector constructor ya no es ni ACS, ni Sacyr ni tan siquiera Acciona: ahora le toca el turno a Ferrovial. Y no porque vaya a lanzarse sobre alguna eléctrica o teleco, sino por la sucesión, aún estancada, en una de las principales fortunas españolas. Empecemos por el final, Rafael del Pino, el patriarca del clan, mantiene todos los poderes en el Grupo, a sus 86 años de edad y tras el accidente sufrido en su barco dos veranos atrás, que le ha recluido en una silla de ruedas, con importantes problema de salud.
Del Pino tiene cinco hijos: Rafael, Fernando, Joaquín, María y Leopoldo. Leopoldo, el pequeño, trabaja en Ferrovial, división de Aparcamientos, mientras María, miembro del Comité Ejecutivo de la empresa, dedica su tiempo a la Fundación. Joaquín cuida de su fortuna y Fernando es quien siempre se ha enfrentado a Rafael a la hora de tomar decisiones. Por decirlo así, es el hermano con más ganas de gestionar.
Los activos de la fortuna familiar están agrupados en dos sociedades: Portman Baela que poseía el 40% de Ferrovial, se hace con el 18% de Casa Grande Cartagena. En definitiva, el 58% de las acciones de Ferrovial está ahora en manos de Portman mientras Casa Grande se queda con el resto de activos de la familia.
En definitiva, el movimiento fue interpretado en el mercado (no olvidemos que la sucesión en la familia Del Pino no es una cuestión privada: interesa, y mucho, al 42% de accionistas minoritarios de Ferrovial) como el comienzo del proceso sucesorio : si al menos no se troceaba, dejando a Del Pino en Ferrovial y a su hermano Fernando en el resto de participaciones, agrupadas en Casa Grande. De hecho, esa versión podría confirmarse cuando se sepa qué consejeros nombra Del Pino en Indra y en Ebro Puleva. En ambas posee un 5%. A esto hay que añadir la disminución de funciones de Eduardo Trueba, el hombre de confianza de Rafael del Pino padre -¡ojo!, no de Rafael del Pino Calvo Sotelo.
Ahora bien, el patriarca de los Del Pino tiene muy claro que no se va a trocear le patrimonio y, además, aunque siempre ha querido que le gestor de Ferrovial sea Rafael del Pino Calvo Sotelo (el patriarca está casado con Ana María Calvo Sotelo, hermana del ex presidente del Gobierno Leopoldo), no está dispuesto a ceder el testigo : sigue mandando y no se toma en el Grupo ninguna decisión importante sin la aquiescencia del fundador. Sentado en una silla de ruedas, necesitado de respiración asistida, y afectado de la vista y el oído, continúa tomando decisiones y se niega a retirarse. Dispone de un barco y un avión adaptados a sus condiciones, y continúa con una actividad pública que para su edad, resulta absolutamente sorprendente.
La sucesión en Ferrovial, por tanto, continúa en el aire y recuerda el famoso artículo : saber retirarse a tiempo.