Todo un escándalo. Portugal es el único país de la UE junto a Polonia que tiene una legislación restrictiva del aborto. Los abortos realizados en el país vecino son escasísimos, porque no existen abortorios privados. Además, el Colegio de Médicos portugués difícilmente autoriza a realizar semejante violencia contra la mujer y su hijo.
Los grupos proaborteros se idearon el barco abortista que actuando en aguas internacionales quedaba fuera de la legislación nacional. Por su parte, las clínicas de las provincias españolas limítrofes se han dedicado a hacer campaña para atraer clientas del país vecino. Pero el negocio es muy superior si uno se instala en el mismo centro del mercado. Así que Ramón Hernández y Yolanda Hernández, en representación de la clínica Los Arcos (Badajoz) y Guadiana (Mérida) se han reunido con el ministro de Santidad portugués para tratar de arreglar el asunto.
Pero lo más escandaloso es la presencia del jefe de ginecología del Hospital Severo Ochoa de Legranés, Javier Martínez. ¿Qué pensará Lamela de semejante intromisión en los asuntos internos del país vecino? ¿Y Esperanza Aguirre? Aunque desde Portugal se informa que las cínicas privadas seguirán el triple examen (ecografía previa, entrevista con un psiquiatra y entrevista con un médico de medicina interna), los grupos provida portugueses recelan de que el país vecino se convierta en un coladero como en nuestro país.