La obsesión del rector de la Universidad Complutense, Carlos Berzosa, empieza a rayar con lo enfermizo. Este miércoles ha organizado un sarao en homenaje a los profesores y personal depurados tras la guerra civil. Entre ellos, Américo Castro, Ortega y Gasset, Zubiri, Negrín, Sánchez Albornoz, o Gregorio Marañón.
Este es el colofón. Porque previamente ha creado la cátedra de Memoria Histórica dirigida por el catedrático de historia contemporánea, Julio Aróstegui. Además, el pasado 29 de abril organizó unas jornadas tituladas Democracia, Memoria Histórica y Universidad en las que además de Aróstegui participó el fiscal Jiménez Villarejo, quien considera que no habrá Democracia completa, si no tenemos la capacidad de reescribir la Historia del Franquismo y sus protagonistas. También estuvo presente el que fuera dirigente comunista de la guerrilla, Miguel Muñiz, hoy presidente de la Asociación de la Memoria Social y Democrática (AMESDE). Digamos que un moderado.
No existe un sólo ejemplar del periódico Complutense (interno de la Universidad) que no se hable del tema. Y la cosa empieza a incomodar incluso a los suyos, que les empieza a parecer exagerada tanta obsesión rectoral por la memoria histórica.