Ningún funcionario quiere trabajar en un país con brotes de fundamentalismo islámico
Este jueves señalábamos que el puesto de consejero de información de la embajada española en China había quedado desierto. Pues bien, este viernes añadimos que el puesto de adjunto al embajador del embajador de España en Argel también ha quedado desierto. Y es que parece que ningún funcionario quiere irse a trabajar a países totalitarios o donde existen riesgos ciertos de brotes de fundamentalismo islámico.