El Ejecutivo Zapatero está dispuesto a rentabilizar al máximo el comunicado de cese de violencia emitido por los terroristas el jueves. Lo gestiona como el gran logro que debería borrar, o al menos difuminar, la imagen de Zapatero como el peor presidente de la democracia española. ZP tiene su orgullo, quiere salir por la puerta grande y que la última noticia sobre su mandato no sea económica.
Por eso, su más fiel escudero, Pepiño Blanco, comenzaba la rueda de prensa semanal de Moncloa anunciando que "el Consejo ha felicitado al presidente por su tenacidad, firmeza y coraje". ¿Se imaginan a los ministros haciendo la pelota a su jefe por lo bueno que es? Blanco tampoco ha desaprovechado la oportunidad para agradecer su esfuerzo a los ministros del Interior, "singularmente a Alfredo Pérez Rubalcaba", casualmente candidato socialista en las próximas elecciones.
La otra cuestión es cómo las víctimas se toman esta declaración, en la que no se anuncia la disolución ni la entrega de armas y de la que se sospecha que podría ir seguida de cesiones inmerecidas a los etarras. En pocas palabras, no quieren que los asesinatos salgan gratis a cambio de abandonar lo que nunca deberían haber empezado.
Rodrigo Martín
rodrigo@hispanidad.com