Nada más hacerse público el cese del ministro de Economía argentino, Roberto Lavagna, la Bolsa de Buenos Aires se desplomó un 5%. Pero mucho más grave ha sido el desplome del prestigio del presidente argentino, Néstor Kirchner, en las plazas financieras occidentales. Le sustituye quien fuera una de sus colaboradoras, Felisa Miceli, presidenta del Banco de la Nación, pero una desconocida en las bolsas del mundo.
Lavagna fue nombrado responsable de la economía argentina en abril de 2002, y tuvo e lidiar con el Corralito y con la crisis de la deuda argentina. Resulta casi paradójico que fuera el ministro mejor visto en el extranjero de todo el Gabinete Kirchner dado que afrontó con inusitada dureza y en buena parte se salió con la suya- la negociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional y con los bonistas de medio mundo.
Por tanto, puede ser injusto la opinión mayoritaria en Occidente sobre la remodelación argentina, pro esto es lo que hay: en España, al igual que en los principales bancos de inversión del mundo, se teme la deriva populista y demagógica del actual mandatario argentino, y el cese de Lavagna se interpreta justamente así. Insistimos, no entramo en si la visión es justa o injusta, eso habrá que verlo cuando la nueva ministra marque sus estrategias. Pero, desde luego, es una visión mayoritaria.