La Conferencia sobre Educación clausurada por Mariano Rajoy volvió a obviar a los padres y se centró en la educación en Cataluña y en la necesidad de aprender idioma inglés. Educación para la Ciudadanía no será "asignatura específica", pero se mantendrá el mismo sistema de financiación: escuela pública y conciertos. Es lo que Manuel Fraga califica como centro-reformista, aunque para Zapatero es ultraderecha
Es lo que Manuel Fraga Iribarne, que repetirá como senador, calificaría como centro-reformismo: la Conferencia sobre Educación del Partido Popular clausurada el domingo en Madrid (http://hispanidad.com/noticia_ep.aspx?ID=20080120143941), habló de la necesidad de que los niños españoles aprendan idiomas y de que puedan estudiar en idioma español en Cataluña pero sobe ella planeó, como un fantasma, el gran ausente de la noche: el cheque escolar. Ni tan siquiera se planteó como objeto de debate. De esta forma, los padres, sujetos del derecho de la libertad de enseñanza, quedaban al margen, una vez más, del programa pepero para las elecciones del día 9. Todo queda igual: el PSOE apuesta porque la educación la controlen el Gobierno y los funcionarios y sindicatos; el Partido Popular, porque la controlen los empresarios.
Rajoy habló contra Educación para la Ciudadanía, que dijo no sería "asignatura específica", sino integrada en otras disciplinas. No obstante, en el mejor espíritu centro-reformista, Rajoy ha planteado, una vez más, la cuestión territorial: en pocas palabras, sin citar a Cataluña, su intervención estuvo marcada por su empeño en que los escolares catalanes puedan estudiar en castellano y en la necesidad de que todos los niños aprendan idiomas.
Eso sí, ni una palabra sobre el cheque, o bono, escolar, que permitiría a los padres elegir el colegio que desearan para sus hijos y, además, la posibilidad de decidir con su asignación el tipo de colegios que desea la mayoría de los españoles, su ideario, el idioma en el que se tramita... y todo lo demás.
Con esta actitud, el Partido Popular no se va a librar de la estrategia de los socialistas, para quien todo en el PP es signo de ultraderechismo y de viraje hacia la derecha reaccionaria, desde el fichaje de Pizarro o la exclusión del alcalde Gallardón de las listas, hasta la enseñanza en las lenguas co-oficiales: catalán, gallego y vasco.
Y es que, una vez más, el PP se queda a mitad de camino, y, en lugar de plantear alternativas, prefiere dulcificar las alternativas del PSOE.