La verdad es que Rato está muy enfadado con Rajoy. Confiesa que le ha "defraudado", que el presidente del PP sólo le ha ofrecido una de estas tres opciones: ser su segundo en las listas por Madrid con el alcalde Gallardón tercero, emparedado. Segundo: tercero en la lista por Madrid tras una mujer, que podría ser Soraya Sáenz de Santamaría. Tercero: encabezar las listas del PP por Barcelona. En definitiva, ser lo que ya fue con Aznar, o menos, y antes de que Aznar eligiera a Rajoy como su sucesor, algo que Rato nunca le perdonó.
Así que Rato piensa anunciar el cargo que ocupará nada más salir del FMI, cosa que hará en tras la Asamblea de otoño. Siempre cabe la posibilidad de que los empresarios que optan por su figura le convenzan para que cambie de opinión, pero en principio lo tiene muy claro: será vicepresidente del BBVA -en cuyo caso no podrá significarse en política- y en dos años sustituiría a Francisco González como presidente del banco. Rato nombró a FG presidente de Argentaria y a ahora éste podría devolverle el favor.
Consejeros del BBVA afirman que FG no hará lo que Emilio Botín: modificar los estatutos de la Entidad. Si nos atenemos a esos Estatutos, y contando con la biografía de FG, el presidente del BBVA está obligado a abandonar sus potestades ejecutivas en la Junta posterior a cumplir 65 años, onomástica que acaecerá en octubre de 2009. Considerando que su pensión alcanzaba a 31 de diciembre de 2006 los 53 millones de euros, no nos cabe la menor duda que para aquel entonces podrá jubilarse sin temor a pasar apuros a fin de mes. Incluso podría dejar paso, aún antes, a don Rodrigo, no vaya a ser que el BBVA se convierta en objetivo de una OPA. No olvidemos, además, que en el caso de que un banco lanzara un ataque contra el BBVA, el Santander de Emilio Botín ya ha advertido que contra-opará.
Tampoco puede esperar mucho, dado que Rato, despechado de la política, pretende empezar a ganar dinero cuanto antes en la empresa, y el 18 de marzo último cumplió 58 años de edad.