El Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y su responsable de Industria, José Montilla, han vendido la España.es, la incorporación de los españoles a la sociedad de la información a través de Internet. Y, para ser más exactos, con la modalidad banda ancha. Uno de los pasos del grandioso avance socialista consistía en liberalizar los dominios, los famosos .es. Los responsables son los mismos funcionarios de colmillo retorcido, muy progresistas, naturalmente, que comenzaron en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, para convertirse luego en Red.es y ahora popularmente conocido como España.es, más que nada por las veces que el señor Montilla y el señor Zapatero han vendido lo del sociedad de la información.
Pues bien, paso a contarles la historia de este periódico electrónico, que el próximo 20 de marzo cumplirá 10 años de vida. Hispanidad surgió antes que las ediciones digitales de los grandes rotativos, como elpais.es, elmundo.es o abc.es.
Entonces (los primeros meses de 1996) éramos cuatro gatos en la red, y apenas había un servidor de acceso, así que el paraguas administrativo que cuidaba del dominio.es, por aquellos tiempos recluido en el Centro Superior de Investigaciones Científicas (vaya usted a saber por qué), sabían perfectamente quiénes eran. Incluso recuerdo una bronca con los susodichos funcionarios insisto, nos conocíamos todos- a cuenta de un error técnico de Hispanidad.com, en el que el susodicho, sin identificarse, naturalmente nos calificó de reaccionarios. Al parecer, el error, que se subsanó enseguida, le importaba menos que la posibilidad de hacer patente su indudable progresismo.
Hispanidad nunca tuvo problemas con los dominios internacionales, que otorga una entidad privada norteamericana. Poseemos el .com, el .tv y algún otro, para evitar el consabido tráfico de dominios en Internet, un tráfico que se guía por la disyuntiva: fastidiar o chantajear o quizás ambas cosas a la vez.
Naturalmente, la empresa editora de Hispanidad solicitó una y otra vez el dominio .es, por aquello de que la WWW puede ser internacional, pero nosotros somos españoles. Y emitimos desde Madrid. Durante estos cerca de 10 años, los susodichos funcionarios los mismos, oiga usted, salvo los que se han prejubilado- los responsables de la sociedad de la información, aznarí primero, zapateril después, nos han ido denegando el uso por los más diversos motivos. Primero, que si el término es genérico (como se sabe, los conceptos de país, mundo o abc no son genéricos, como al parecer lo es Hispanidad). Cuando se les demostró que la genericidad era idéntica, entonces se nos pidió que demostráramos nuestra inscripción en el registro de marcas. Ahí comenzó una discusión eterna entre el registro de Hispanidad y el registro del logo, que comporta una ñ, lo que puede entenderse como imagen y como grafía.
Se trataba de mantener la negativa a toda costa, y hasta se nos llegó a decir que esperáramos a una nueva regulación. Hoy hace dos meses, todavía se nos denegaba, por enésima vez, el .es.
Y entonces llega la liberalización, el España.es, decretada por un Gobierno tan moderno como el de Zapatero. Naturalmente, Hispanidad ha vuelto a reclamar la marca que lleva utilizando desde hace cerca de 10 años, y que en la esfera internacional no ha encontrado problema alguno. Pues bien, España.es, es decir, el muy plural y ecuánime Gobierno Zapatero, se lo ha denegado a Hispanidad y se lo ha concedido a Luis Bush. Sí, no se trata de una errata: busquen ustedes en www.red.es y verán que un primo del presidente de Estados Unidos le ha arrebatado a Hispanidad.com el Hispanidad.es.
Esto recuerda las viejas parodias del gran humorista británico Wodehouse, cuyos señoritos con botines, tras la correspondiente noche de juerga, siempre acababan delante de un juez que les intimidaba de la siguiente guisa: Respecto al detenido León Tolstoi, de quien sospecho usa nombre falso.
Imagínense que mañana surgiera Pedro J. Ramírez -no sé cómo se he me ha podido ocurrir este ejemplo- y lanzara un periódico llamado El País del Siglo XXI (El País en cuerpo 60 y lo de siglo XXI en cuerpo 8), y que el registro de marcas y patentes se lo permitiera. O si Hispanidad solicitara a Red.es emitir en Internet con el dominio abc.es ¿Cómo lo verían? Pues esto es lo que ha hecho el señor Bush y lo ha podido hacer con las dos motivaciones de los cazadores de dominios en Internet: o fastidiar o chantajear.
Sólo que no hubiera podido hacerlo sin la connivencia de una panda de funcionarios de rostro pétreo, los de la España.es, la sociedad de la información, la sociedad abierta. De bolsillos abiertos, claro está, para meter la mano en la faltriquera, o para coger el instrumento y aniquilar a quien no me cae simpático.
Eulogio López