Sr. Director:

Esto es sólo una carta para mostrar el dolor que produce en mi familia la actitud inconsciente y egoísta de uno de los miembros de nuestra familia. El apellido hace referencia a un legado que alguien que nos precedió trabajó para nosotros. Entre nuestros antepasados hay médicos, poetas, científicos, políticos, gente buena y no tan buena. Entre todos han ido forjando una historia de la que estoy orgulloso y que pienso transmitir a mis hijos.

En el camino hemos añadido a Pedro G. Zerolo y no tenemos más remedio que aceptarlo. Tenemos que aceptar que, gracias a él, Zerolo ya no designa una vieja historia, sino una persona en concreto, que por su obra ha reducido una familia a una persona y, más aun, a una idea. Zerolo empieza a ser un concepto para designar un movimiento sexual, con un aire frívolo y desenfadado, caracterizado por el desprecio al pasado.

Hoy Zerolos son los portadores de una determinada bandera y no los miembros de una familia. Con dolor oigo cada vez más a menudo este empleo en los medios y no puedo más que entristecerme y acordarme de mis antepasados. Esto también se lo contaré a mis hijos y les explicaré la responsabilidad que cada uno de nosotros tenemos en hacer algo por los demás. La historia suele depender de una sola persona, y esta no siempre es buena.

Armando Zerolo

azeroloduran@hotmail.com