La inacción del Ministerio de Fomento, ‘fomenta' el mal servicio de las aerolíneas
Vuelo JK 6331, Valencia-Madrid, de la compañía Spanair. Jueves, 26 de abril. El embarque está previsto para las 19,30 horas, y la salida del vuelo para las 20.00 horas. A las 19,45, sin ningún aviso por la megafonía del aeropuerto levantino, aparece en las pantallas un cartel que reza:
"Inf 60 minutos", cartel que se mantiene en pantalla durante más de otros 60 minutos, lo que hace recordar el viejo dicho de las tabernas: "Hoy no se fía, mañana sí". Pero ya los aplicados empleados de la compañía advierten que se pone ese cartel por poner algo, dado que el vuelo todavía ni ha salido de su punto de origen.
Una vez a bordo, el comandante explica que el retraso "se ha debido a un error del control aéreo que controla –valga la redundancia, la zona sur de Barcelona… que se ha visto obligada a regular el tráfico –suponemos que otra redundancia-.
Y todo ello no sería suficiente para enervar al pasaje si no fuera por el testimonio de una pasajera que cubría el trayecto, ida y vuelta, Madrid-Valencia-Madrid. Resulta que un empleado de la propia compañía Spanair, ya le advirtió, doce horas antes, que el vuelo de regreso de la tarde, con salida a las 20.00 horas de Valencia, se retrasaría hasta las 22.00. Incluso apuntó el horario de embarque: 21.30 horas. Se equivocó en 30 minutos. Está claro que a ese tipo de empleados de facturación, capaces de predecir en Madrid, con medio día de antelación, los altercados que van a surgir en el control de la zona sur de Barcelona, deben ser ascendidos de inmediato.
Que no, que la empresa está forzando su maquinaria y sus medios y los pasajeros lo sufren con retrasos e incomodidades. La falta de control de las autoridades, especialmente de AENA y el Ministerio de Fomento, hacen el resto.