Ceder ante ETA lo más mínimo -legalización de un partido o acercamiento de presos- equivale a rendirse ante el terrorismo
Como parte del Grupo Internacional de Contacto acuden muy trajeados el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan; el abogado surafricano Brian Currin; Bertie Ahren -ex primer ministro de Irlanda del Norte-; Gerry Adams, líder del Sinn Fein; Gro Harlem Bruntland, ex primera ministra de Noruega, o Pierre Joxe, ex ministro francés de Interior y Defensa.
Todos ellos -Elkarri y los señores extranjeros trajeados- pretenden algo así como la pacificación de Euskadi, tras unos 50 años de un supuesto 'conflicto' entre dos bandos. Y de paso, internacionalizar ese supuesto 'conflicto', es decir, escenificar al mundo que dos partes se reúnen para negociar a través de unos mediadores, que, como decía esta mañana el tertuliano Herman Tertsch, nos gustaría saber dónde van a comer y qué dinero se van a embolsar...
Que no. Que no hay un conflicto entre dos bandos, aunque lo quieran representar así. Que unos tíos cogieron pistolas y bombas en los años 60 para conseguir objetivos políticos, lo que se llama terrorismo. Y mataron a cerca de mil personas. Y ceder en algo ante ellos -que es lo que parece que quieren estos trajeados señores extranjeros- es legitimar la violencia. Es decir, que cualquiera que en España quiera conseguir algo ya sabe lo que tiene que hacer. Porque tarde o temprano unos señores trajeados extranjeros se sentarán con ellos a escenificar que dejan las armas a cambio de... lo que sea (acercamiento de presos, legalización de un partido, etc).
No pocos analistas sospechan que detrás está el Gobierno, cumpliendo a rajatabla la hoja de ruta que empezó a pactar con ETA antes incluso de llegar al poder el PSOE. Y aunque diga -esta mañana por boca del ministro de Justicia, Francisco Caamaño- que no se cederá ante ETA "en la aplicación de la ley", ¿quién cree a este Gobierno, depués de las miles de mentiras que nos ha lanzado?
Los expertos de la revista Atenea realizan en su último número un extenso análisis en el que, entre otros, figuran estos argumentos: el MLNV no ha mostrado arrepentimiento o condenado el terrorismo; se les ha concedido un 'crédito democrático' como si su cuadro ideológico, antidemocrático, totalitario y antisistema se hubiera modificado en pocos meses.
Además, la sociedad vasca, tras décadas de violencia, muestra un síndrome de Estocolmo pues un 60% apoyaba la legalización de Bildu y un 50% la de Sortu.
Por su parte, un anuncio de ETA sobre su disolución, por decisión de la dirección del MLNV, no parece verosímil, salvo que la acción policial provoque su colapso.
Y siempre estará en el pasivo la cuestión ética de que el éxito alcanzado por el MLNV con Bildu legitima la violencia terrorista criminal durante décadas.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com
Al cierre de esta edición de Hispanidad continúa reunida en San Sebastián la autodenominada 'Conferencia internacional de paz', organizada por el movimiento social vasco Lokarri -que busca un referéndum de autodeterminación en el País Vasco- y el Grupo Internacional de Contacto, y a la que acude la izquierda abertzale, el PNV y el PSE (o sea, el 'negociador', Jesús Eguiguren).
Como parte del Grupo Internacional de Contacto acuden muy trajeados el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan; el abogado surafricano Brian Currin; Bertie Ahren -ex primer ministro de Irlanda del Norte-; Gerry Adams, líder del Sinn Fein; Gro Harlem Bruntland, ex primera ministra de Noruega, o Pierre Joxe, ex ministro francés de Interior y Defensa.
Todos ellos -Elkarri y los señores extranjeros trajeados- pretenden algo así como la pacificación de Euskadi, tras unos 50 años de un supuesto 'conflicto' entre dos bandos. Y de paso, internacionalizar ese supuesto 'conflicto', es decir, escenificar al mundo que dos partes se reúnen para negociar a través de unos mediadores, que, como decía esta mañana el tertuliano Herman Tertsch, nos gustaría saber dónde van a comer y qué dinero se van a embolsar...
Que no. Que no hay un conflicto entre dos bandos, aunque lo quieran representar así. Que unos tíos cogieron pistolas y bombas en los años 60 para conseguir objetivos políticos, lo que se llama terrorismo. Y mataron a cerca de mil personas. Y ceder en algo ante ellos -que es lo que parece que quieren estos trajeados señores extranjeros- es legitimar la violencia. Es decir, que cualquiera que en España quiera conseguir algo ya sabe lo que tiene que hacer. Porque tarde o temprano unos señores trajeados extranjeros se sentarán con ellos a escenificar que dejan las armas a cambio de... lo que sea (acercamiento de presos, legalización de un partido, etc).
No pocos analistas sospechan que detrás está el Gobierno, cumpliendo a rajatabla la hoja de ruta que empezó a pactar con ETA antes incluso de llegar al poder el PSOE. Y aunque diga -esta mañana por boca del ministro de Justicia, Francisco Caamaño- que no se cederá ante ETA "en la aplicación de la ley", ¿quién cree a este Gobierno, depués de las miles de mentiras que nos ha lanzado?
Los expertos de la revista Atenea realizan en su último número un extenso análisis en el que, entre otros, figuran estos argumentos: el MLNV no ha mostrado arrepentimiento o condenado el terrorismo; se les ha concedido un 'crédito democrático' como si su cuadro ideológico, antidemocrático, totalitario y antisistema se hubiera modificado en pocos meses.
Además, la sociedad vasca, tras décadas de violencia, muestra un síndrome de Estocolmo pues un 60% apoyaba la legalización de Bildu y un 50% la de Sortu.
Por su parte, un anuncio de ETA sobre su disolución, por decisión de la dirección del MLNV, no parece verosímil, salvo que la acción policial provoque su colapso.
Y siempre estará en el pasivo la cuestión ética de que el éxito alcanzado por el MLNV con Bildu legitima la violencia terrorista criminal durante décadas.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com