Por contra, los países emergentes, los buenos de la peli, crecerán con fuerza, siguiendo el modelo chino, que es muy sencillo: se tata de competir en un mercado global con salarios de miseria.
¿Alguien puede creer que sea normal que la República china -1.300 millones de habitantes- controle un 20% de la deuda española mientras su salario medio mensual no alcanza los 100 euros? Créanselo, pero con esos salarios también podía crecer España, o toda la Eurozona, al 9%.
¿Alguien pude creer que India -1.000 millones de habitantes- siga escalando puestos en la economía mundial con un salario medio -difícil de precisar porque el 70% es economía 'informal', es decir, sumergida- con un salario medio de 25 dólares? Así también conseguiría Europa multinacionales colonizadoras de los cinco continentes. Basta con explotar al trabajador.
El modelo chino, o indio, se impone en el mundo. Se mide el crecimiento económico pero no el nivel de vida de los habitantes que logran ese crecimiento. Y el objetivo del desarrollo no es que las economías nacionales marchen bien sino que las economías familiares marchen bien, que es muy distinto.
Moraleja: el principal objetivo de un mundo globalizado es pactar unos salarios, aunque sólo sean mínimamente equiparables entre los países que compiten en un mercado común global. Y si no, pues mire usted, habrá que volver al proteccionismo.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com