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Es la peor herencia que le ha dejado su predecesor, Miguel Sebastián, y no sabe cómo cortar la sangría.
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La energía verde nos costará 7.365 millones de euros a los españoles durante 2011.
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Encima, los fondos de capital-riesgo amenazan con nuevas querellas al Gobierno español.
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La más cara de todas las verdes sigue siendo la fotovoltaica: en los 10 primeros meses del año ya nos hemos gastado 2.338 millones de euros. Pero la que más crece en subvenciones es la termosolar, cuyos beneficiarios son las familias Benjumea, Entrecanales, Los March y los Albertos (más Florentino Pérez).
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Lo peor de todo: se trata de una energía innecesaria por la caída de la demanda
Esto de dárnoslas de ecologistas nos esta saliendo carísimo. En concreto, la energía verde. La causa -junto al carbón subvencionado- de un déficit de tarifa que ya roza los 25.000 millones de euros. Es una de las peores herencias recibidas por el nuevo ministro del ecologismo de Zapatero, siempre embutido en una bandera tan verde como onerosa.
El ministro de Industria y Energía del Gobierno Rajoy, José Manuel Soria (en la imagen), no sabe qué hacer con el déficit de tarifa, herencia recibida del gobierno Zapatero y que pesa como una losa sobre las cuentas públicas. Recuerden que los bancos y fondos que financiaron la fotovoltaica y la termosolar ya han llevado al Gobierno de España a los tribunales, además de hablar por todo el planeta de la argentinización, o falta de seguridad jurídica, de nuestro país.
Sobre todo, desde que Miguel Sebastián, acobardado ante el lío donde se había metido, decidió reducir las primas a las fotovoltaicas con lo que los financiadores consideran efecto retroactivo. Pues bien, se hace necesario reducir aún más, mucho más, la retribución oficial. Naturalmente, los prestamistas daban dinero porque era un negocio de sopa boba, asegurado por las subvenciones públicas.
Veamos el problema: con cifras de la Comisión Nacional de la Energía, durante los 10 primeros meses de 2011, las energías verdes recibieron primas oficiales por valor de 5.982 millones de euros, y esto en tiempos de recortes y subida de impuestos. Además, la estimación de la propia CNE es que terminemos el año con un coste para los españoles de 7.365 millones de euros. Y que el asunto no va a parar aquí. Por ejemplo, siempre según las mismas fuentes, las previsiones de subvención pública para hacer rentable lo que no lo es por sus propios medios, nos saldrá, en 2012, por otros 7.221 millones de euros. Vamos, que esto de la energía verde se ha convertido en un verdadero chollo para las grandes fortunas y para las grandes compañías... que pagamos todos los españoles, a escote.
La que nos sale más cara, hasta el momento, es la solar fotovoltaica, que durante los diez primeros meses nos ha costado la broma de 2.338 millones de euros, seguida de la eólica, 1.357 millones de euros. Luego viene la termosolar, que 'sólo' nos sale por 378 millones, pero es la que tiende a crecer más. En la eólica, los grandes beneficiarios son Iberdrola y Endesa; en la termosolar, quien más dinero recibe es la conocida como Triple A: ACS, Acciona y Abengoa, es decir, las millonarias familias March (con sus dos socios, adjuntos, los Albertos y Florentino Pérez), los Abengoa y los Entrecanales. (Éstos últimos no sólo se benefician de las subvenciones a la solar sino también a la eólica).
Y lo peor es que el ideológico derroche de subvenciones del Ejecutivo Zapatero se promulgó en el peor momento; con una crisis que ha reducido el consumo de energía que se podía cubrir con otras fuentes, como la hidráulica, la nuclear y el ciclo combinado. En definitiva, las energías renovables son tan onerosas como innecesarias. Y tenemos subvenciones comprometidas hasta 2025.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com