A ello se añade que la economía española registró un crecimiento interanual del 0,7% en el segundo trimestre de 2011
Si tenemos en cuenta que -también según el INE- la economía española registró un crecimiento interanual del 0,7% en el segundo trimestre de 2011, cabe concluir que nuestra economía está estancada, ya que casi no crece. Y si no crece y encima sufre una tasa de inflación más propia de economías recalentadas -es decir, que crecen- la conclusión es esta: peligro de estanflación.
La estanflación consiste en la mezcla de escaso crecimiento y fuerte subida de precios. Y aunque todavía no estamos en ello, la inflación del 3% constituye un lastre para la economía familiar, dada la constante merma del poder adquisitivo debido al aumento de los precios. Y si los precios suben y las familias no consumen, no hay movimiento económico, ni ingresos por IVA, ni mayor producción, ni nuevas empresas, ni menos paro.
Hay que reconocer que la situación de la economía española en este momento es como para echarse a llorar.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com
Hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado el indicador adelantado sobre la evolución de precios en España: el Índice de Precios de Consumo (IPC) ha dejado en octubre su tasa anual en el 3%, una décima menos que en el mes anterior.
Si tenemos en cuenta que -también según el INE- la economía española registró un crecimiento interanual del 0,7% en el segundo trimestre de 2011, cabe concluir que nuestra economía está estancada, ya que casi no crece. Y si no crece y encima sufre una tasa de inflación más propia de economías recalentadas -es decir, que crecen- la conclusión es esta: peligro de estanflación.
La estanflación consiste en la mezcla de escaso crecimiento y fuerte subida de precios. Y aunque todavía no estamos en ello, la inflación del 3% constituye un lastre para la economía familiar, dada la constante merma del poder adquisitivo debido al aumento de los precios. Y si los precios suben y las familias no consumen, no hay movimiento económico, ni ingresos por IVA, ni mayor producción, ni nuevas empresas, ni menos paro.
Hay que reconocer que la situación de la economía española en este momento es como para echarse a llorar.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com