Basada en un relato corto de Steven Millhuaser (un conocido escritor, ganador del Premio Pulitzer), El ilusionista entra en la lista de esas películas cuyo único objetivo es entretener. Y ni que decir tiene que, en ese apartado, obtiene una buena nota.

 

El excelente actor Edward Norton interpreta a un misterioso mago llamado Eisenheim, cuyos increíbles trucos tienen encandiladas a las gentes de la Europa del s. XIX. Cuando este inventor de ficciones actúa en Viena se reencuentra con un antiguo amor de infancia, una bella noble cuyo destino está unido al del cruel príncipe heredero

 

El ilusionista contiene una historia clásica en el cine: los problemas que se generan cuando se produce un triángulo amoroso o, si lo quieren más claro, cuando dos hombres pretenden a la misma mujer. Aquí, lo que varía es que el que el héroe utiliza toda su argucia (en este caso, sus increíbles dotes para la magia) para poder conseguir a su amada. A partir de aquí, un consejo : si van a ver la película no se la cuestionen demasiado. Simplemente disfruten con el carisma del mago Eisenheim, con la excelente puesta en escena de unos trucos que, aparentemente, rondan la sobrenaturalidad o de la gran actuación tanto de Edward Norton (el mago) como de Paul Giamatti (el policía que, a instancias del príncipe, sigue sus pasos). Si me hacen caso, se lo pasarán francamente bien.

 

Para: Jóvenes y adultos a los que les gusten las películas entretenidas