La Generalitat Valenciana ha cogido su lengua como campo de batalla. Como ya hemos informado, el Gobierno regional de Francisco Camps ha anunciado que recurrirá la decisión del Ejecutivo central de no presentar el valenciano como posible lengua comunitaria. Siembra victimismo, que algo caerá. Porque, además, los valencianos se sienten amenazados por el espíritu expansionista catalán. Ya saben, "alemán es quien habla alemán". Hitler, dicut. O más recientemente: Turco es quien habla turco.
Así las cosas, la renqueante y extraparlamentaria Unión Valenciana se les adelantó el pasado domingo 28 en lo que a movilización ciudadana se refiere. Pero De la Vega, que es una chica lista y tiene una dialéctica de libro, le ha dado la vuelta a la tortilla. "Los valencianos podrán expresarse ante las instituciones europeas en su propia lengua por primera vez en su historia", señaló en su intento de desactivar la movilización. Por supuesto, previamente había vuelto a insistir en su frase favorita. Las lenguas son para entenderse.