El Gobierno dice sentirse tranquilo por el acuerdo alcanzado entre sindicatos y SEPI en relación al futuro de Izar. La ministra portavoz, Mª Teresa Fernández de la Vega, se muestra especialmente satisfecha por el pacto acordado, "a pesar de que algunos decían que no seríamos capaces de resolver el problema". Prueba superada.

Lo malo es que el 50% de las centrales sindicales no han suscrito el acuerdo, que tanto Sestao como Ferrol seguirán con las movilizaciones y que tanto UGT como CCOO estaban furiosos porque Montilla anunciara un acuerdo sin que Martínez Robles hubiera abierto la boca. Y lo peor: Bruselas duda del acuerdo.

Da igual, De la Vega sigue insistiendo en que el acuerdo se ha alcanzado bajo la normativa comunitaria, que debatirán y analizarán con las autoridades comunitarias cuanto sea necesario sobre el particular. Y lo más sangrante. "Dijimos que no íbamos a cerrar ningún centro y hemos cumplido", dice De la Vega. Realidad: Cierre de los astilleros civiles y comienzo de la búsqueda de compradores. Por cierto, ¿qué paso con aquella promesa de reparación y construcción de petroleros venezolanos? Más: "Dijimos que no dejaríamos a ningún trabajador a su suerte y hemos cumplido". Realidad: Más de 4.000 prejubilados, y una industria auxiliar abandonada. Por cierto, que De la Vega dice no saber a cuánto ascenderán los costes de reestructuración de Izar.