El informe del Consejo de Estado es preceptivo, aunque no vinculante. Sin embargo, pasar por encima del dictamen jurídico de un informe cuyo ponente ha sido el consejero Miguel Rodríguez Piñeiro, parece demasiado. Porque Rodríguez Piñeiro es todo menos "carca". Pero conoce el derecho. No llega a afirmar que el "matrimonio" homosexual sea inconstitucional, pero recomendaba que "no se forzasen los principios articuladores del matrimonio" buscando vías alternativas. Por cierto, que quien sí afirmó que el "matrimonio" homosexual era inconstitucional fue el ex presidente del Tribunal Constitucional (TC), Manuel Jiménez de Parga, quien negó la posibilidad de matrimonio : "En todo caso podrán formar una sociedad en comandita".
Más, el Consejo de Estado recomendaba una regulación diferenciada al tratarse de cuestiones diferentes. Y además, sugería que en el asunto de la adopción se realizase una regulación específica y que no quedara articulada como un "efecto colateral" de la equiparación al matrimonio.
Pues bien, nada de esto se tendrá en cuenta. Y eso a pesar de que la reforma de la Ley Orgánica del Consejo de Estado afirma en su exposición de motivos que el Consejo ha ayudado a mejorar "la calidad jurídica de las actuaciones de la Administración Pública". Pero la ideología está por encima del derecho. Así que el PSOE aplica el rodillo, desoye el dictamen del Consejo de Estado y sigue adelante con los faroles.
Y más. Porque el rodillo gubernamental no sólo se aplica sobre el Consejo de Estado, sino también sobre la sociedad civil. El Gobierno no ha atendido las peticiones de diálogo realizadas desde las asociaciones familiares. A fecha de hoy, el Ejecutivo Zapatero todavía no ha recibido al Foro Español de la Familia, y en el caso del Instituto de Política Familiar la reunión fue devaluada por la ausencia del ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar. Diálogo, mucho diálogo.