Con la nueva normativa, la presidenta será la secretaria de Igualdad. En este caso, Soledad Murillo, a la que se le otorga un mayor peso. La vicepresidenta será la directora general del Instituto de la Mujer y habrá una vocalía por cada ministerio. Pero, además, habrá 11 vocalías añadidas que serán nombradas por la presidencia y propuestas por la vicepresidenta "entre personas con acreditada trayectoria personal o profesional a favor de la igualdad de derecho de ambos sexos". Es aquí donde se da entrada a feministas de la ‘sociedad civil' en las instituciones. Una operación de lujo, costumbre en la izquierda: empotrarse en la administración y si es posible consolidarse ‘in eternum'. Por cierto, ¿por qué no hay hombres en el Instituto de la Mujer? ¿No resulta un tanto discriminatorio? O quizás la pregunta debiera ser: ¿Es realmente necesario el Instituto de la Mujer? ¿Existe un instituto del varón?
Dile a los jueces y juezas... Vicente Vallés, ejerciendo de feministo
14/12/24 15:00