Sr. Director:

En un centro de enseñanza público de Asturias se reunieron esta semana un grupo de padres de alumnos con el objeto de ir preparando las fiestas de Navidad. Una de las propuestas es que los padres representen una pequeña obra de teatro con el nacimiento como fondo, recreando los hechos ocurridos en Belén hace dos milenios. Hasta aquí todo normal.

El problema surge cuando se plantea (¡¡¡y se aprueba!!!) que en la citada representación teatral aparezcan además de los personajes tradicionales, otros como el Gato con Botas, Caperucita Roja... ¿El motivo? Simplemente que hay unos cuantos niños que no son de Religión sino que son de Ética y como hay que ser muy progres en esta vida, metemos a Hansel y Gretel y así su estructura psicológica no sufre daño alguno, no vaya a ser que luego el pobre alumno sueñe con el Niño Jesús por las noches y se nos estropee para toda la vida.

El disparate no termina aquí, porque, queridos amigos, el laicismo no tiene límites. La siguiente propuesta que surge es que en lugar de tres Reyes Magos, salgan un rey y una reina. Esto no lo entiendo : en este caso parece que sí es importante que los niños vean un referente masculino y otro femenino. ¿O será por eso de la paridad?.

Lo único que se me ocurre pedir a los padres de estos alumnos es un poco de normalidad. Si estamos en Navidad, pues celebramos eso : la Navidad. Si usted no es creyente, pues estupendo, no participe en la obra de teatro u organice un plan paralelo, pero no nos cambie la Historia con extravagancias absurdas. Quizá usted le explica a su hijo que Cristóbal Colón recorrió el océano con Homer Simpson subido en un lujoso yate y que al llegar se encontraron con los tres cerditos y con ayuda de la magia de Harry Potter construyeron un nuevo continente. Seamos serios.

Pedro J.Díaz Haces

pedrohaces@hotmail.com