Han comenzado los XIX Juegos Olímpicos Pekín 2008 y aprovechando esta oportunidad, se ha exhibido en pelotas, esto es, hasta los topes desvestida, la capitana de la cuadrilla de natación norteamericana y triunfadora en Atlanta y Atenas, Amanda Beard.
Para la nadadora estadounidense, el fin justifica los medios, al desnudarse para apoyar la nueva campaña publicitaria de la Asociación Medioambiental PETA (Gente por el Tratamiento Ético de los Animales), que pretende limitar el uso de pieles que procedan de los animales. Aún siendo el fin bueno, nunca puede ser justificado por los medios bellacos que se emplean; la degradación de la mujer como ser humano. No es la primera vez que se desviste puesto que, hace un año, fue portada del pornográfico semanario Playboy.
Ciertos mensajes publicitarios equívocos están dejando una estela de mal gusto y desencanto. La utilización del desnudo en las campañas es dar al cuerpo una estimación propagandística, frente a la valoración de su dignidad que se traduce en una significación trascendente. Además, cuando se maneja como pretexto para reconducir psicológicamente a la persona hacia una determinada asociación en defensa de los animales, se está haciendo caer al ciudadano en la sucia trampa de la pornografía. Movilizar la voluntad del destinatario pasando por el filtro del sexo, resulta condenable éticamente y una falta de respeto hacia la persona humana.
"La pornografía es el fascismo diario de las democracias", afirma MacK.Catharine.
Clemente Ferrer
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