Aunque el escenario de la acción se desarrolla en la redacción de una famosa revista femenina, Runway, El Diablo se viste de Prada pone más énfasis en el frívolo mundo de la moda y los hilos que lo mueven. Un producto, básicamente de entretenimiento, que satiriza sobre lo que se cuece detrás de las pasarelas.

 

La joven actriz Anne Hathaway (muy conocida entre el público juvenil por su trabajo en Princesa por sorpresa) encarna a una chica recién salida de la Universidad que, a pesar de su desastrado aspecto, logra un trabajo como segunda ayudante de la directora de la revista más glamourosa de Nueva York. Su jefa es una tiránica y caprichosa mujer que hace la vida imposible a sus empleados. Pero, poco a poco, la joven periodista conseguirá ganarse su confianza y afianzarse en su puesto gracias a su inteligencia

 

El Diablo se viste de Prada es un producto ligero en el cual se luce la veterana actriz Meryl Streep (ya se habla de nominación al Oscar por su actuación). Su personaje, totalmente exagerado, recuerda por su despotismo a los mucho más simpáticos editores que aparecían en las comedias de periodismo sensacionalista de los años 30 y 40 (La reina de Nueva York o Luna nueva). Adaptación del best-seller de Laura Weisberger, ésta se inspiró para crear el personaje de Meryl Streep en Anne Wintour, la directora de la revista Vogue, bajo cuyas órdenes trabajó. Sea como fuere, esta comedia dramática, que cuenta con momentos realmente divertidos (sobre todo a cargo del genial Stanley Tucci), habla, tangencialmente, de la dificultad para conciliar vida familiar y laboral. Un tema más complicado aún en el caso de las mujeres.

 

Para: Los admiradores de Meryl Street y los que gusten de comedias intrascendentes.