Una pena que Madrid sólo emplee sus focos para adornar las calles, en estas fechas, obviando el sentido que la Navidad tiene.
Sr. Director:
Muy claro, conciso y bien su artículo de esta noche sobre la Cabalgata. Suscribo todo salvo eso de que es una mariconada, pues ni creo que haya sido ejecutada por maricas, ni que sea un divertimento inocente ni que haya sido trazado sin rigor de instruidos.
Esta Cabalgata era una gran ceremonia de la confusión en la que habían desaparecido los símbolos de la tradición cristiana. Esto es lo que vi:
- El cortejo no lo habría la Estrella sino unos juguetes rodantes, gobernados por el hombre, que yo asocio con la Ilustración, mientras la organización dice el Barroco. El momento temporal puede ser el mismo, pero el concepto de Ilustración sí se pone de frente ante el de religión. Y esta tarde la Ilustración se puso por delante de la religión, representada por la Estrella.
- Luego, venían diferentes números de personajes siniestros, de mundos mágicos y oscuros. Duendes, elfos y seres lúgubres sacados de mitologías bárbaras, de las de la Tierra Media y esas historias. Seres muy ajenos al mensaje de Luz y Paz que supieron reconocer nuestros Tres Magos. Esta noche bastaba ver la cara de miedo de los más pequeños para ver que el mensaje que transmitían estos personajes no era el correcto ni el que yo recibí desde muchos años atrás.
- Y los animales,... ¿dónde estaban los animales? Hemos visto máquinas creadas, animadas y dirigidas por el hombre, sustituyendo a los verdaderos animales creados por Dios. ¡Qué mal agüero traían esos buitres de acero pavonado! ¡Qué andar tan macilento el de esos elefantes tirados por humanos (vivir para ver)! ¡Qué tristes los ojos de esa siniestra libélula gigante!
- Ni un camello, ni un borregito, ni un pavo, los pandas del Zoo era de disfraz, ni siquiera he visto algún perro,... sólo unas ocas. ¿Unas ocas? ¡Vaya, el único animal de esta cabalgata eran las ocas! La oca, el símbolo del camino iniciático de los constructores de catedrales, los celosos guardeses del conocimiento antroposófico, y que después evolucionaron hacia las masonerías. O sea, que han sacado de escena a las ovejas y los pastores, y nos meten las ocas antroposóficas. ¡Vaya, vaya!
- ¡Y la primera majestad era reina! Allí encabezaba la Reina de las Nieves (mitología danesa) el cortejo de jerarcas. Ahora resulta que los cuentos de Andersen han cogido el mismo rango que la Biblia. ¡Vaya follón para el pobre que no lo tenga claro!
- Recuerdo que antes de la carroza de Melchor, otros años, venía el escuadrón a caballo de nuestros municipales, con sus penachos, sus redobles y algún solo de cornetín. Hoy nuestros urbanos iban tristes, sin redobles, callados y no respondían (al menos a la altura del edificio de la Mutua, donde yo estaba) a las solicitudes del público.
¡Para músicas estaban ellos! Les habían metido entre el mogollón y la custodia de sus majestades se la habían encomendado a esos duendecillos de la corte de la reina nórdica. Cuando han pasado sin tocar ante mí me ha extrañado; luego, cuando han aparecido los Tres Reyes Magos, como séquito de la de las Nieves, lo he entendido todo: los municipales se han dado cuenta de la usurpación.
- Por último ¿quién era ese siniestro narigudo, orondo, con setas en el sombrero y apariencia de maestro de ceremonias que iba justo ante la Reina de las Nieves? Parecía una mezcla de druida y mago, yo diría el jefe de estos usurpadores: me ha dado muy mal fario!
Lo de este lunes a la noche ha ido mucho más lejos que una mariconada.
Claramente, los enemigos de los Reyes Magos hoy acampan en Madrid.
- Ahondando en el contraste entre la Estrella y las ruedas de colores, de la Estrella emana Luz y alumbra alrededor. En el montaje que encabezó este lunes la cabalgata, son los hombres los que, provistos de potentes focos y antorchas generan la luz y la proyectan sobre los juguetes, que sólo tienen valor (entregan sus colores) cuando reciben los chorros de la luz del hombre. Pero, en resumen, la luz que viene del hombre se puso por delante de la luz que viene de Dios.
- Redundando en una idea que ya traía su artículo, no apareció ningún Misterio en la Cabalgata de Reyes.
- Bueno, además de las ocas había algunos animales más: los caballos de la Guardia Civil y de la Policía Municipal, presentes por profesionalidad, y una pareja de toros de carne tirando de un carro, cuyo sentido no sé interpretar. Desde luego no parece una gran presencia faunística si el tema de la noche era la Naturaleza.
- Ayer "El País" hablaba del Desfile de Navidad.
Creo que está clara la intención de algunos de desvirtuar nuestra Cabalgata de Reyes.
Ángel González
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