La Asociación de Defensa de Inversores y Clientes pide la nulidad de actuaciones en el fallo del Tribunal Supremo. Parece lógico que el criterio utilizado para salvar a Botín hubiera salvado también al nacionalista Atucha. Recordemos que el juez Gómez Bermúdez exoneró a Botín tras anular un sumario de 13 años de su compañera Teresa Palacios y el Supremo afirmó que la acusación popular dependía del fiscal
Veamos: el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, fue exonerado del caso de la cesión de crédito (de un presunto delito fiscal por el que podían haberle caído 14 años de cárcel) porque el juez estrella Gómez Bermúdez "compró" el argumento jurídico de los abogados del banquero: la acusación particular en el procedimiento penal abreviado sólo puede ejercerla el Ministerio fiscal. Como se daba la circunstancia de que tanto con Aznar como con ZP, el Ministerio fiscal y el abogado del Estado -y eso a pesar de que el damnificado por la cesión eraLa cosa pasó al tribunal Supremo, que en un fallo más que comentado, decidió que, en efecto, si la fiscalía -aproximadamente independiente del Gobierno- no está por la labor, no hay nada que hacer. Conclusión: se cargaba la acusación popular en España. Ahora, ya se habla, no sin cierto pitorreo, de la doctrina Botín.
Pues bien, en esas llega Juan María Atucha, acusado de desobedecer la orden judicial que le impedía disolver el grupo batasuno en el Supremo. Otra asociación, en este caso Manos limpias, le lleva a los tribunales. El fiscal se inhibe, al igual que con Botín, pero esta vez el Supremo decide que la acusación popular basta, y Atucha es condenado.
Así que la acusación del caso Botín ha pedido la nulidad de actuaciones, al grito de o todos o ninguno. ¿Por qué Atucha es culpable y Botín inocente? Es verdad que Botín tiene más dinero que Atucha, pero recuerden que la justicia es ciega.
En cualquier caso, lo más importante es la supresión de la acusación popular en España. Ante casos de corrupción, por ejemplo. Dicha supresión puede resultar gravísima.