Es decir, el capital-riesgo pretende ganar dinero desguanzando las empresas familiares, que en España son las más importantes
Suenan ligeramente a pitorreo, las declaraciones de Phipil Yea, presidente del fondo de capital-riesgo 3i Group, al diario El País. Afirma Yea –no ¡Yeha!-, que la opción de este capital-riesgo consiste en "consolidar la empresa familiar española".
Esto lo único que quiere decir es que el capital-riesgo se ha lanzado por la empresa familiar española, un país que se caracteriza precisamente por eso: por que las compañías más importantes, más solventes y más rentables del país son las agrupadas en torno al Instituto de Empresa Familiar. Y todas ellas se encuentran con el mismo problema: la sucesión. La segunda generación, no digamos nada la tercera, quiere trocear el imperio y romper la unidad de gestión. Surgen las peleas entre las distintas ramas y el capital-riesgo, especulativo, hace acto de aparición: mucha liquidez para convertir a las ramas díscolas de la familia en rentistas. Luego, la sociedad de capital-riesgo toma el control, y comienza a trocear la empresa, despedir trabajadores y, cuando ya está todo vendido, marcharse con la consiguiente plusvalía.